Ep.4 Destino

*Continuación directa del capítulo anterior en el mismo periodo de tiempo*

Tras aquel portal que abrió la bruja, toda la habitación quedó iluminada… Ava y Alypia cegadas por el gran destello que esto ocasionó, apenas tuvieron tiempo de reacción, y cuando quisieron darse cuenta estaban en un oscuro callejón, desorientadas y junto a la bruja.

Ava conocía perfectamente a Artemisia, pues en cuanto la vió, aunque lo negara mil veces y no dejara de llorar, sabía que su estancia en el pasado no era permanente sino temporal. Alypia por su parte estaba muy confundida, desconocía completamente que estaba pasando, ella sólo quería volver a casa con su hermano y su marido…

-“Esperar aquí, no os mováis porque necesito llevaros a un sitio dónde estéis seguras”-dijo Artemisia muy seria y fría a la vez…

Abrió un portal y desapareció, temporalmente hablando, unos segundos para las chicas, pero, cómo bruja que era, jugaba con el tiempo a su antojo a través de aquellos portales, y en realidad tardó cómo media hora…

En ese periodo de tiempo, Artemisia fue a buscar a Agatha, pues ella sabía de su relación de amistad con Ava, y su palabra ante el trato con Lucius era clara, proteger a las chicas, y debía cumplirla… El portal la llevó hasta su dormitorio, donde la híbrida se encontraba sola, hundida tras el eclipse, en un estado de shock. Al ver aparecer a la bruja ante ella, se levantó sobresaltada y confundida, ¿¡Qué más podía pasar aquella noche?!

-“¿¿Artemisia??”

-“Tu amiga te necesita, vamos…”-dijo tajante la bruja sin dar ningún tipo de explicación...

Agatha quedó paralizada frente a ella, relamente no supo reaccionar. Por un lado pensaba que podía verla cualquier vampiro y formar más pelea, al fin y al cabo, ahora el clan había aumentado en número con los supervivientes del eclipse, pero no, realmente ninguno haría frente a una bruja, y menos en esos momentos de debilidad. No obstante, un Miguel ya aseaso y descansado, furulaba por los pasillos cuando escuchó voces en la habitación y entró rápido. Al ver a la bruja, se paró delante de Agatha, encarando a la otra.

-“¿¡Qué hace esta bruja aquí?!”-exclamó furioso el vampiro

-“Hola Miguel…”-dijo Artemisia de una forma muy coqueta…

-“No es nada Miguel, se trata de una amiga, dice que necesita mi ayuda…”

-“¿Una bruja pidiendo ayuda? Ya me puedes explicar todo bien o ninguno saldrá bien parado de aquí…”-dijo Miguel subiendo ligeramente el tono de voz…

-“Mis explicaciones dependerán del grado de confianza que tenga la híbrida en ti…”-dijo la bruja encarando a Miguel a pesar de ser bastante más pequeña que él…

-“¡Basta por favor! Él es de mi confianza… Mi amiga Ava…” -dijo Agatha bajando el tono inicial y bastante preocupada por su amiga…

Por su parte, Artemisia al escuchar que Miguel era de su confianza rodó los ojos en señal de indignación y dijo:

-“Ava está aquí, no ha venido sola, su pago ya está saldado y ahora necesita protección…”

-“¿Y no tiene casa? Déjala allí…”-dijo Miguel

-“No sería conveniente…-Cortó Agatha- Theodor sabe dónde vive… ¿Con quién ha venido? ¿Con el General?"

-“¡No me hagáis perder más el tiempo de verdad! -dijo la bruja indignada- Mi misión es dejarlas a salvo y después desaparecer… ¿Vais a ayudar o me las llevo y las dejo en medio de la nada?”

-“¡Por supuesto que las voy a ayudar! -pluralizó Agatha sin saber quién era la acompañante de Ava- Es sólo que… No sabría dónde podrían estar seguras…”

Tras estas palabras hubo unos segundos de absoluto silencio… A Artemisia se la notaba impaciente y enfadada por la situación; Agatha se echaba las manos a la cabeza pensando dónde podría dejar a su amiga para que ésta estuviera a salvo y lejos de su amo; y Miguel las miraba a ambas desconcertado hasta que se pronunció:

-“Yo sé de un lugar…”

Ambas miraron a Miguel con aprobación en sus ojos y éste les explicó dónde, pues bien, una vez con una dirección fija, Artemisia usó su magia, y aprovenchado el portal ya abierto, en cuestión de segundos todo lo conocido quedó atrás, acabando en un pequeño pueblo montañoso de Suiza.

Ahora sí, la misión de la bruja había sido cumplida, poner a las chicas a salvo. Nada hacía allí ya. Le entregó el pergamino de Lucius a su destinataria y desapareció.

Ava lo recogió sin saber exactamente de qué se trataba, poco le importaba en esos momentos, la verdad, además, las lágrimas que caían de sus ojos le hacían imposible tener una visión clara de lo que podía ser… El dolor que sentía era demasiado grande para poder fijar la vista en una carta… Devastada y haciéndose una idea de lo que le estaría ocurriendo a Lucius en esos momentos, abrazó a su amiga sin poder vocalizar… Alypia seguía desconcertada, no entendía que estaba pasando, cómo habían llegado hasta ahí, quienes eran sus nuevos acompañantes…

El eclipse estaba a punto de finalizar, pero quedaba por delante la larga noche… aún así debían ser rápidos…

-“Tenemos que movernos…”- dijo Miguel decidido mientras echaba a caminar…

Todas lo siguieron… Ava no soltaba a Agatha, era su apoyo en esos momentos…

Pronto llegaron a una pequeña casita muy conocida, y Miguel llamó a la puerta… Una informal y muy sorprendida Tecna en pijama abrió la puerta…

-“¿¿¿¿Trevor???? Pero qué haces aquí… …- Iba a continuar hablando, pero vió que no iba solo y simplemente estiró la última palabra hasta quedarse muda…

-“¿Podemos pasar? Necesitamos tu ayuda…”-le replicó Miguel

Sin poder vocalizar, Tecna terminó de abrir la puerta e hizo un gesto con la mano para que pasaran todos… Podía reconocer a Agatha, y ésta le sonrió ligeramente agradeciendo su hospitalidad.

Una vez en el salón, tomaron todos asiento menos Tecna y Miguel, que quedaron en pie, mientras que Agatha acomodaba a las chicas interesándose por que ambas estuvieran bien…

-“¿Podemos hablar a solas?”- preguntó Miguel mirando a Tecna..

-“Sí, claro… Ven…”-dijo ella mientras lo redirigía a la habitación

Una vez allí, Miguel cogió a Tecna y la acopló contra la pared mientras la besaba y acariciaba deseoso. Ella simplemente se dejó llevar por esos besos, pues con “Trevor” siempre tuvo una gran química y su cuerpo no podía frenarse ante el deseo del vampiro… Él, comenzó a besar y acariciar su cuello mientras le susurraba “te he echado tanto de menos…”.

Mientras, en el salón, y después de asegurarse que Ava y Alypia estaban bien y ya más calmadas, Agatha levantó la mirada y se fijó que ni Miguel ni Tecna se encontraban allí… Ligeramente mosqueada, fue directa a la habitación y abrió la puerta sin llamar si quiera, encontrándose allí a la pareja muy acaramelados…

-“¡Trevor!- exclamó Agatha enfadada- ¿Podemos centrarnos en lo que hemos venido a hacer por favor?”

Avergonzada, Tecna se soltó rápidamente saliendo al salón principal, mientras Miguel se quedó allí parado unos segundos mirando a Agatha con el morro torcido y agachando la cabeza… Enseguida salieron al salón con el resto…

El plan era el siguiente, las chicas se quedarían en casa de Tecna unos días, alejadas de todo, para que puedan asimilar el trance por el que estaban pasando. Mientras tanto, Agatha buscaría un lugar para que ambas pudieran vivir una nueva vida después de lo ocurrido, pues, esa noche, marcaría un antes y un después para ellas…

Tras la conversación, las chicas se quedaron con Tecna, y Miguel y Agatha marcharon a la mansión.

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Muy lejos de allí y vísperas del inminente amanecer, Theodor atravesó el portal una última vez, pero, muy distinto de cómo lo había cruzado horas antes, pues ya no estaba envuelto en una ira incontrolable, todo lo contrario… Su semblante lucía serio, decaído, una profunda tristeza lo invadía en ese momento... ¿La había cagado? Mucho, era consciente, esas pérdidas de control siempre le pasaban factura y nunca parecía aprender.

Agotado, se sentó mirando al suelo… Se llevaba constantemente las manos a la cabeza mientras se frotaba los ojos incrédulo a lo que acababa de suceder… Había acabado con la última persona que tuvo la piedra de Astaroth en su poder…

-“Y una vez más pierdes…”-dijo una voz burlona muy conocida por él…

-“Puta bruja… -dijo cabizbajo- Has sido tú... Siempre has sido tú... Ahora entiendo todo… Me has estado utilizando a tu antojo, te has reído de mí… He sido un títere, un imbécil en tus manos… Y todo para tenerme distraído...”

-“Theodor, Theodor… El verte aquí, tocado y hundido, me produce más placer que todas las veces que he estado contigo, distrayéndote, ¡sí!”

El vampiro sonrió ligeramente mientras su cara transmitía asco y suspiraba profundamente...

-“Supongo que tú si sabes dónde está… Tú siempre lo sabes todo…”-dijo mientras la miraba desde abajo…

-“Lucius dio la vida de su mujer para esconder la gema a base de un potente conjuro, ahora la magia la guarda, y así seguirá por siempre…”-dijo Artemisia feliz- “¡Ah!-exclamó- Está amaneciendo y no te da tiempo a ir a casita, yo de ti buscaba alguna cueva si no te quieres quemar, que tú no eres tu padre…”

Tras esto, Artemisia desapareció sin dejar rastro dejando allí a Theodor, clavado en el suelo mientras amanecía…