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Capítulo 27

Foto del escritor: Ladynoell Ladynoell

El alba asomaba por las grandes montañas que cubrian aquel pueblo perdido de Suiza. Los pájaros cantaban al compás que la propia vida despertaba en la montaña. Los gallos entonaban sus mejores acordes y las flores se abrían con los primeros rayos de luz, aunque Tecna llevaba días sin poder pegar ojo, envuelta en pensamientos pasados, con rabia y melancolía.

En su mente no debaja de retumbar aquellas palabras que pronunció la bruja. Pero no las palabras que vocalizó frente a Miguel, sino las que le confío a ella en privado, pues la bruja tenía la capacidad de poder entrar en las mentes más frágiles.

Tras ella apareció Miguel, quién la observaba, sentada en el exterior mirando a la nada, desconcertado.

-"Llevas días callada, ausente, apenas te alimentas, apenas hablas... Cuéntame qué te pasa."- habló Miguel acercándose a ella

Tecna realizó una mueca con la boca, asqueada por la presencia del vampiro, y se levantó para quedar a su nivel.

-"¿Acaso no eres tú conocedor de mis males? Tú que te alimentas de mí, que bebes mi sangre, que sientes lo que yo siento... Dime, Miguel, ¿acaso no eres consciente de que el muro que construiste en mi interior se rompió? Ahora lo veo todo con claridad, Artemisia me lo contó, me abrió los ojos. Me has mentido a tu antojo. Me has utilizado para tu interés. Has dejado que todo lo bueno que tenía se esfumase para tu satisfacción personal. Confiésalo, Miguel, jamás has estado enamorado de mí, tan sólo de mi sangre y del vínculo que decidiste formar para atraparme, para poseerme, pero se acabó, tu manipulación termina aquí, ahora lo veo claro, necesitaba que me abrieran los ojos, necesitaba saber que yo soy más fuerte que tú. Vete de mi casa. No vuelvas jamás."

Así habló ella, dejando al vampiro sin respiración, sin palabras... Tomó aire y dió un paso hacia ella, aunque Tecna rectroció a la vez para guardar la distancia. Miguel captó el mensaje.

-"Tecna, -dijo intentando salvar la cituación- no confíes en las palabras de las brujas, son mentirosas por naturaleza, solo buscan el beneficio propio..."

-"¿Cómo tú?"- le cortó ella impidiendo que terminara la frase- No te quiero ver más, no quiero vivir en una irrealidad, ¡tú has sido una gran mentira en mi vida!"

-"!Eso no es verdad! -replicó Miguel- ¡Lo nuestro nunca fue una mentira, joder! Confieso, que al principio sí podía ir con esa doble intención, pero ¿ahora? Tecna, me conoces, sabes que daría mi puta vida por ti... "

-"¿Sabes qué pasa? Que con nuestro vínculo roto los sentimientos que me afloran hacia ti no son buenos, y cuando pienso en el amor, no eres tú quién ocupa mi corazón."

-"¿El lobo? ¿Aquel al que dejaste tirado por quedarte conmigo? ¿Él es el dueño de tu corazón? No me hagas reír..."- se cachondeó el vampiro

-"¡Lo dejé por salvarte a ti tu miserable vida! ¿Y sabes qué? Lo volvería a hacer, porque en mí no reside la maldad, y no dejaré jamás que nada atormente mi alma. Ahora, te repito, por última vez, vete de mi casa, y no vuelvas jamás."

Dicho esto, Miguel dió media vuelta, tras él estaba Kira, gruñiendo mientras asomaba sus dientes en defensa de su ama. Por su mente pasó el devolverle al animal el ataque, mostrar sus grandes colmillos, su ferocidad, al fin y al cabo, ese animal nunca lo quiso, pero no quería más problemas, así que sin dar más rodeos, salió de aquella casa, llevando consigo lo puesto unicamente.


Aliviada, la pelirosa cayó al suelo. Su respiración estaba acelerada, podía sentir como el corazón le latía tan rápido que podría incluso llegar a salir. Kira se acercó a ella, cariñosa, y como un osito de peluche, se le acurrucó para que supiera que no estaba sola, que por fin todo había pasado.

Por otra parte, Miguel, furioso, caminó hasta su coche y condujo veloz sin rumbo, temerario en la carretera, sin tener en cuenta el daño que podría causar su actitud. Terminó cruzando la frontera con Alemania y acabó, entre varios rodeos, en un antro oscuro, con gente fría, perdida, con las miradas vacías, ahogando penas y tormentos entre alcohol y tabaco.

El vampiro se dirigió a la barra y le sirvieron una copa de whiskey, nadie se molestó por su presencia, de un único trago la bebió, y se la rellenaron. Con los codos apoyados en la barra, pasaba sus manos por sus ojos, ¡cómo había llegado a esta situación! Volvía a beber. Pasó sus manos por los bolsillos en busca de tabaco pero no encontró nada. Rodó los ojos, nada estaba saliendo bien. Volvió a dar un largo trago al whiskey hasta terminarlo. Automáticamente, le volvieron a rellenar la copa.

Por la puerta de aquel antro de mala muerte entró una joven, vestida de uniforme de colegio y se acercó a la barra ante la mirada deseosa de todo el local, a excepción de Miguel, que de lo único que no despegaba los ojos era de su copa.

Ella se apoyó en la barra, algo tímida, pues sentía como se la comían con la mirada, aunque ella observó al vampiro unos segundos.

-"¿Me invitas a una copa?- habló con voz de niña buena

Miguel giró la cabeza y la miró, pero pronto volvió a su copa.

-"Lárgate niña, este no es lugar para ti."- dijo Miguel asqueado

-"Sólo busco beber un poco..."- insistió ella

Su sangre olía a pureza, carne fresca y joven, y al igual que él, el resto del local también podía sentirlo. Miguel se levantó y se paró frente a ella, intimidante, con los ojos iluminados, podía sentir como aquella niña tenía miedo, aunque externamente intentara disimularlo, y habló:

-"No te lo voy a volver a repetir, mocosa, vete al colegio de dónde te hayas escapado, o acabarás mal."


Se giró y se volvió a sentar, cogiendo su copa y bebiendo todo de un trago nuevamente. La joven, atemorizada ante aquellas palabras, caminó hasta la salida, las miradas de todos los allí presentes la perseguían, y tras ella, fueron dos tipos, altos y rudos, saliendo todos por la puerta. Miguel volvió a beber de su copa recién rellenada, saboreando hasta la última gota, para dejarla después sobre la barra y se levantó. Discretamente, agarró la cartera de un tipo que estaba próximo a él, cogió el dinero y pagó en la barra, tirándola al suelo con disimulo, y salió de allí.

Miró a su alrededor una vez fuera del local, el sol pegaba fuerte en lo alto de los edificios, pero apenas llegaba al suelo de la urbe. La calle, vacía y sombría, envuelta en un halo de misterio y terror, fría para el ser humano. Caminó hasta su coche y frenó en seco, sabía lo que estaba pasando cerca de allí. En su consciencia, una voz le decía que debía hacerlo, que ya había hecho mucho daño y que tocaba sanar aquellas heridas profundas e internas, pero por otro lado, ¿a quién le importa una maldita niñata? Ella se lo buscó entrando dónde no debía. Miguel suspiró y dió media vuelta, caminando hacia un callejón oscuro próximo a donde él estaba.

Miguel podía ver todo con claridad, aquellos dos tipos grandes trataban de de sujetar a la joven, mientras ésta se revolvía. Olían su cuello y manuseaban todo lo que podían. Uno de ellos, la agarró del cuello y la llevó contra la pared, mostrandole sus colmillos. Miguel se adentró al callejón sin decir nada y acabo parado frente a ellos.

-"¡Ésta es nuestra comida, largo!"- le gritó uno de ellos

Pero Miguel no se movió del sitio, al contrario, sin decir nada, desafiaba con la mirada a quellos tipos.

-"¿¡Quién coño te crees que eres para plantarnos cara, enano imbécil?!"- le decía el otro, haciendo refencia a la diferencia de tamaño, pues estos tipos rozaban casi los dos metros.

Soltaron a la niña, dejándola tirada en el suelo, y ambos caminaron hacia Miguel, quién seguía inmovil en su sitio.

-"Vete de aquí, niña, éste no es tu lugar. -dijo Miguel a la joven sin quitar la vista de aquellos gorilas.


Ésta obedeció y huyó, aunque no fue muy lejos, pues la curiosidad le podía y tan sólo se escondió al final del callejón. Miguel, por su parte, continuó- Ese es vuestro problema, que sois escoria, y la escoria no tiene ni puta idea de nada. Vampiros degradados, híbridos malolientes, muriéndose del asco al final del gran linaje de nuestra especie... ¡Miraos! ¡Dais asco! -dió un paso adelante de forma firme- ¡Yo soy Miguel de Castro, vástago de Theodor, nieto de Astaroth, y cómo deferencia hacia nuestra propia especie, os doy dos sengundos para entrar de nuevo al local, dejando a la joven en paz, o os arranco la piel de la puta cara por babosos!"

Los matones se miraron entre ellos, desconcertados, pues, aunque sabían quién era él, porque habían escuchado historias, se veían superiores en cuanto a fuerza, y número, y simplemente, atacaron. Miguel sonrió, necesitaba lo que estaba a punto de pasar.

Rápido, resbaló por el suelo pasando entre ellos, quedando a sus espaldas, se levantó en un abrir y cerrar de ojos, y con sus garras, tomó a uno de los rivales del cuello, presionando con fuerza, hasta tirar de la piel, arrancándola de un sólo golpe, y quedándose con ella en la mano. La sangre caía a mares al mismo tiempo que el vampiro inferior caía al suelo. Sonriendo, Miguel miró al que quedaba, y vacilón, pasó la lengua por la piel que le acababa de arrancar a su amigo para posteriormente tirarla al suelo. Caminó hacia el gorila que quedaba vivo, pasando por encima del anterior, pisando su cabeza con sus botas y reventándola contra el suelo, acabando así con su vida. Ante semejante atrocidad, el mensaje estaba captado, el superviviente salió corriendo de allí, desapareciendo del mapa.

Con las manos y las botas cubiertas de sangre, Miguel caminó hacia la salida, dirección a su vehículo, de reojo observó como aquella niña, aterrada, seguía en aquel lugar, rodó los ojos e ignorándola por completo salió de allí. Tras él, la joven se levantó y lo persiguió hasta el coche.

-"Gracias, por lo de antes, me has salvado... -pero el vampiro no le respondió, simpemente siguió caminando hacia su destino- Me llamo Aura, por cierto. -continuaba el silencio por parte de Miguel mientras la joven seguía tras de él- He visto lo que has hecho, y he escuchado lo que sois, lo que eres..."

El vampiro frenó en seco, y se volvió hacia la joven, molesto, y habló:

-"Si has visto lo que soy, ¿qué cojones haces persiguiendome como un chucho hambriento? ¿Acaso no ves que yo no soy mejor que aquellos que querían tu sangre para comer? Dime, -paró un segundo para recordar su nombre- Aura, ¿qué te hace pensar que yo no te metería al puto coche y te devoraría mientras sacio otras necesidades?"

-"Porque me has salvado, y porque puedo ver en ti que no eres como el resto que estaba metido en aquel bar, tu mirada no es igual..."

Cabreado, Miguel agarró a aquella chica del brazo y la acercó a él mientras le susurraba en el oído:

-"No te he salvado a ti, me he salvado a mi mismo, a mi ego. Búscate a otro para idolatrar porque yo no quiero ser tu puto superhéroe."

Tras sus palabras, la soltó, y caminó aún más rápido hacia su coche hasta que finalmente llegó a él. Aura, con la valentía otorgada a cualquier joven, lo siguió hasta el coche y lo vió subir en él. Se acercó a la ventanilla y habló:

-"¿Me das al menos tu instagram? -insistió ella bajo la plena ignorancia de Miguel. Ella, tenaz, sacó un pequeño cuaderno decorado con pegatinas y pequeños posters, y escribió unos instantes, para luego arrancar el folio- Éste es mi número, quizás no te importe y jamás me llames, pero me has salvado, y aunque no quieras serlo, ya eres mi héroe."

La joven sujetó el papel como pudo entre la ventanilla y se fue caminando ante un vampiro desconcertado por tanta insistencia, agarró el papel y lo abrió, viendo su número escrito entre una caligrafía dulce, coqueta y con cierto toque infantil, algo en él se removió sin saber el qué exactamente, y guardó aquella nota en el bolsillo de su pantalón, suspiró y arrancó el coche, metiendo primera y saliendo de allí, aunque paró junto a la chica, que iba caminando por la calle para hablar:

-"Al paso que llevas te pueden volver a alcanzar, niña, sal rápido de estas calles oscuras y frías, y evítalas en un futuro."

-"Te acepto el consejo si me cuentas quién es Miguel de Castro y porqué te temen"

Miguel rió. -"Otro día te lo cuento, ahora obedece." - Y tras sus palabras, aceleró el coche alejándose de aquel lugar, y de aquella joven.


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La habitación fría, oscura, y solitaria, albergaba un sillón triste frente a una chimenea encendida. Sentado en él, el señor del clan, Sauron, con la mirada perdida en el fuego, sujetando una copa de sangre fresca con la mano derecha. Su cabello, largo y dorado, se iluminaba aún más con el reflejo de las llamas, mientras éste caía con delicadeza sobre su armonioso rostro.

-"Señor, - habló una mujer de piel oscura y cabello negro tras él- su presencia se ha esfumado, el vampiro ya no la custodia."

Sauron sonrió entre la penumbra que lo rodeaba, bebió de su copa y la dejó en el suelo para posteriormente levantarse e ir hacia la mujer, de etnia india:

-"Las piezas del ajedrez comienzan a tomar forma dentro del tablero, hemos estado en silencio mucho tiempo, demasiado, pero nuestro momento ha llegado. Yo sabía que ese necio, que Miguel, tarde o temprano saldría de allí, seguramente habrá vuelto bajo las alas de su creador."

-"Dirás de vuestro creador."- replicó la bruja ante la mirada fulminante de Sauron

Éste sonrió, girando sobre sí mismo y volviendo a perder su mirada en el fuego.

-"¿Estás segura de esto, Amonute?"

-"Lo estoy, mi señor. La magia y las profecías no fallan, ella es la llave para abrir la cárcel en la que se encuentra Nazaret, la sangre de una deidad abrirá las puertas de la jaula más impenetrable jamás forjada; la sangre de una deidad otorgará la fuerza suficiente a la "Madre" para salir gloriosa y sumir al mundo en la oscuridad que siempre debió existir. Sauron, -dijo la bruja mientras se posicionaba junto al vampiro y le acariciaba el rostro- te reocogí hecho pedazos de la nada, desvinculado de tu amo y sin nada a lo que aferrarte, te prometí venganza, odio y poder; te instruí y te hice fuerte, indestructible, mírate, eres el Dios que tu creador jamás pudo ser, y junto con Nazaret, restaurarás la jerarquía entre especies, todo volverá a ser lo que era, lo que nunca debió cambiar."


-"Y tú esperas recibir a cambio lo que tanto anhelas, el don del tiempo, aquel que posee Artemisia, la que le sirve a Theodor, sin embargo, nada te garantiza que en su ausencia la magia te lo conceda, pues ella instruye a una aprendiz para que en algún momento ocupe su lugar."

-"¡Ese don es mío por derecho! Ninguna aprendiz lo merece más que yo, mi magia es la más similar que existe a la que posee Artemisia, si ella cae, será para mi, pues sin tiempo, el mundo entra en un oscuro caos, y eso la magia lo sabe."

Sauron arqueó una ceja ante las palabras de Amonute, y con paso firme, se dirigió hacia la puerta hablando:

-"Aveces siento que crees que eres la más lista, que tienes poder para controlar todo a tu alrededor, y simplemente te dejo vivir en esa creencia, no lo olvides. - la bruja quedó muda ante estas palabras pero Sauron continuó- Es la hora, prepara todo, ¡salimos ya!"

Así habló, y así se hizo. Llegaron ambos, junto con dos vampiros más del clan a Henford Bagley. Sobre suelo virgen, la bruja se arrodilló, plantó sus manos sobre la tierra, y murmuró un conjuro, incomprendible para nadie, pues se trataba de una antigua lengua ya extinta, una lengua únicamente comprensible por las brujas más poderosas. Terminó, y se incorporó, haciendo una ligera reverancia a Sauron, la cual daba permiso para poder continuar.


Caminaron hasta encontrarse de frente la casa de Tecna, guiados por Amonute, y fue Sauron quién se inició solo hasta la puerta de esta, abriendo sin ninguna oposición la puerta.

Tecna se encontraba aún con la misma ropa del día viendo el televisor mientras se calentaba junto a una pequeña chimenea que tenía en un lado, ajena a lo que estaba entrando por la puerta de su casa. Kira, en cambio, abrió los ojos y levantó las ojeras, en señal de alarma, sus dientes ya empezaban a asomar bajo un preventivo sistema de ataque, gruñendo como nunca antes lo había hecho. Sauron entró, y Kira se abalanzó sobre él, aunque poco pudo hacer, pues Sauron de un único golpe lanzó al animal, dejándolo tumbado en el suelo, como si de un cuerpo sin vida se tratara.


En ese momento, Tecna dió un salto del sofá, viendo a su compañera del alma caer y desvanecerse en el suelo, sin apenas tiempo para reaccionar, Sauron la agarró del cuello y la levantó unos cm del suelo rompiendo la tensión que había en el ambiante:

-"Tú vienes conmigo."

La pelirosa se retorcía como nunca antes, pero no tenía la fuerza necesaria para combatir al vampiro. Cerró los ojos y recordó aquella vez que ahuyentó al lobo de Viggo con su magia, y lo intentó, por todos los medios intentó dejar salir su magia, pero de fondo sólo podía escuchar una inquietante y malévola risa...

-"Dulce ninfa... - río el vampiro- ¿Buscas tu magia? ¿Tu poder? ¿De veras crees que me iba a presentar en tu casa sin un buen sistema defensivo que canalizara quién eres? Joven... Eres muy joven para saberlo. Y nadie te lo contó. Nadie te contó para lo único que sirves realmente... - volvió a reir, dejando ésta vez caer al suelo a Tecna, casi asfixiada

- Dime, ¿ya se cansó de ti que se marchó? ¿Dejaste de darle el placer que necesitaba y por eso voló? -no dejaba de mirarla fijamente - ¿Sabes? Estoy muy tentado a beber de ti, en convertirme en lo que es ahora Miguel, pero eres mucho más valiosa, y tu sangre tiene un propósito aún mayor. -Tecna no dejaba de mirar a Kira entre lágrimas y falta de aliento - ¿Sientes lástima por el animal? Tranquila, pronto te reunirás con ella."

Tecna lloraba mientras veía a su fiel compañera yacer en el suelo, y ante la ausencia de su poder, miraba la puerta, con cierta esperanza a que él apareciera y solucionara todo, como siempre había hecho. Miraba y miraba, pero nada, la puerta estaba cerrada, ya no había nada que hacer, tan sólo el lamento de lo perdido y las decisiones que le habían llevado hasta ésta situación. Por otro lado, tras sus palabras, Sauron asestó un golpe craneal a la joven, dejándola plenamente inconsciente y a su merced.



CONTINUARÁ...

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2 Comments


Betts Sims
Betts Sims
Jul 26, 2024

O sea...LA PERRAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!! Has matado a KIRAAAAAA!!!! Eso si que no te lo perdono, que lo sepas maldita.


Todavia estoy tratando de asimilar el hecho de que Tecna sea la llave para liberar a Nazaret. Miedo me da que sucederá si eso llega a suceder.


No te voy a decir lo sexy y morboso que me parece Miguel porq eso ya lo sabes XDDD y me da lastima que Tecna le haya echado de casa asi, pero entiendo los motivos de la pelirosa para hacerlo.


MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!

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Verónica Mendez
Verónica Mendez
Jul 25, 2024

😱😱😱😱😱😱

Osea...

No he parado de decir: NO ME JODAS! en todo el capi tía!!

Q fuerte, q fuerte, q fueeeeeerrrrrrrrte!!

Q Tecna es la llave para sacar a Nazaret??? Ay la madre q me parió... Migué!! Coooooorre por tu madreeeeee!!

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Sobre mí

Amante de los sims desde sus inicios.

Cuento historias a través de ellos.

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