Capítulo 9

Los días pasaron y el frío se fue poco a poco apoderando del clima caluroso, y anormal, que tenían para ser otoño. Las lluvias, cada vez más frecuentes, cambiaban el paisaje dando lugar a pequeños charcos en el suelo. Los árboles cada día estaban menos abrigados, sus hojas yacían casi en su totalidad en el suelo. Sin duda, el cambio de estación estaba a la vuelta de la esquina.

Tras este tiempo de reposo y reflexión, Ava consiguió levantar cabeza, no le quedaba otra, o resurgía con más fuerza que nunca, o moría en casa de soledad, y la segunda opción, no era ni siquiera una opción. Así que, con más fuerza que nunca, esa misma mañana quedó para desayunar con Agatha.

Llegada la hora, ambas se encontraron en la cafetería, tomaron asiento, y pidieron con normalidad. Agatha la observaba, no había vuelto a hablar con ella desde el día que su amo decidió atacarla. Pero estos días atrás, movió un poco de ficha para asegurarse de que su amiga estuviera viva, y al saber que estaba bien, le alivió y relajó considerablemente.

Ambas permanecieron calladas un tiempo, hasta que les sirvieron el desayuno. Ava quería ser fuerte, lo necesitaba, pero al mismo tiempo tenía miedo de abrir la boca y que la tomasen como algo que no era, una loca. Mentalmente se debatía entre contarle todo a su amiga, o callarse y hacer como si nada hubiese ocurrido.

Pero Agatha no estaba mejor, pues miraba a su amiga, podía sentir su miedo, su inseguridad... Una parte de ella quería contarle todo, tener una aliada; la otra parte, en cambio, más prudente, le aconsejaba lo contrario. Finalmente ganó su lo que su corazón necesitaba hacer.

-"¿Cómo has estado estos días, Ava?-le preguntó para romper el hielo que había entre ambas- No he sabido de ti, y estaba preocupada..."

-"No te voy a mentir,-dijo una Ava con las mismas ganas de desahogarse que Agatha- he tenido días mejores... Pero poco a poco voy recobrando mi fuerza habitual..."

-"Ava... Yo...-Agatha dudaba sobre si contarle todo o no, sobre qué pensaría su amiga de ella en caso de saber la verdad, en caso de saber qué era ella realmente... Pero no le quedaba otra, estaba sola, necesitaba un apoyo, necesitaba una amiga de verdad...- Sé lo que te pasó hace varias noches, el incidente que tuviste con aquel ser...-miraba al suelo mayormente, sentía vergüenza de aquello, no estaba orgullosa, en cambio, Ava, la miraba anonadada, sin saber siquiera qué contestarle- Yo estaba allí..."

El corazón de Ava se aceleró, era incapaz de vocalizar, a la mente le vinieron aquellas imágenes que tenía grabadas con fuego, aquel ataque brutal que casi le cuesta la vida... Y mirando a su amiga, y pensando friamente, ¿ahora le dice que ella estuvo allí? ¿Qué tipo de broma le estaba gastando? Las manos comenzaron a temblarle, seguía sin poder vocalizar, su pulso cada vez estaba más desorbitado. Miraba desconcertada a su alrededor. Agatha también la miraba a ella, percibía su estado, intentaba calmarla -"Ava, por favor, relájate"-le decía constantemente, pero no, Ava no se tranquilizaba. Al contrario, dio un golpe en la mesa, el desayuno aún estaba intacto, ni ganas de comer tenía ya, se levantó, y gritó a su amiga:

-"¡¿Tú estuviste allí?! No lo puedo creer...-seguía temblando y la voz se le entrecortaba- ¡Cómo no me he dado cuenta antes! Eres cómo él... ¡Un monstruo!"

-"Ava, por favor, nos está mirando todo el mundo, si te sientas, y te relajas, te explico todo..."

-"¡Pues qué nos miren! Estoy harta de ser tu marioneta... ¿Te lo has pasado bien jugando conmigo?"

Agatha se levantó y se acercó a su amiga, intentaba bajar su nivel de estrés, no le estaba haciendo bien, aunque ella sabía que no merecía menos por su parte, la había engañado, usado, se había reído de ella... No, definitivamente no merecía menos. Aún así ella necesitaba explicarse.

-"Deja que te cuente todo, Ava..."

-"Que te den por culo, amiga..."-dijo Ava finalmente, apartando de su lado a la pelirroja y saliendo de allí muy enfadada.

Una vez en casa, se sentó en el sofá. Pensaba en lo ocurrido. Necesitaba distraerse. Se fue al baño, se dio una ducha. Seguía dando vueltas a la situación. Estaba cansada, su cuerpo no podía más, ni siquiera había comido. Se tumbó en la cama, una gran parte de ella, de ser, se moría por conocer la versión de Agatha, la otra parte la mataría. Pero el gran corazón que tenía nuestra chica le impedía acumular tal carga de odio contra alguien, ni siquiera por aquel que tanto daño le hizo. Cogió el teléfono, y volvió a quedar con la pelirroja. Esta vez la híbrida eligió el sitio.

Cuando Ava llegó a la ubicación que su amiga le mandó, se encontró con un entorno bastante hostil. Una parcela totalmente salvaje, consumida por los años y el abandono. Entró en su interior como pudo.

Recorrió varias estancias hasta que finalmente encontró a Agatha en lo que parecía el salón principal. Cruzó sus brazos, y enfadada, le dio la oprtunidad de explicarse que tanto le demandó en la mañana la pelirroja.

-"Gracias por volver a quedar conmigo,-dijo Agatha, pero no obtuvo respuesta- entiendo que estás enfadada, yo también lo estaría... Todo lo que te ha pasado en tan poco tiempo... -seguía sin obtener respuesta de su amiga.

- Esta mañana quería ser sincera contigo, explicarte todo... Supongo que por eso estás aquí...-pequeña pausa- ¿Sabes? Esta fue un día mi casa... No han pasado tantos años y aún así lo veo todo tan lejano... Mi madre era humana, trabajaba en un restaurante muy conocido de la zona, salía tardísimo de trabajar cuando le tocaba el turno de noche... Una noche, finalizada su jornada laboral, fue atacada por un monstruo, abusó de ella y se alimentó de su sangre. Era un vampiro. -Ava la miraba fijamente sorprendida de cada palabra- Ella quedó embarazada, de mí... Pero era una luchadora... Cualquiera se hubiera desecho del monstruo que llevaba en su interior, pero ella no lo hizo. Mitad vampiro, mitad humana, eso soy yo, una híbrida sin voz ni voto... Mi lado humano me permite salir a la luz del día, incluso comer con normalidad, pero necesito sangre para sobrevivir... El novio de mi madre era médico, y me proporcionaba bolsas de sangre, hasta que un día, ella murió repentinamente. Me vi sola y en la calle con dieciséis años, pues su novio me echó de lo que yo consideraba mi familia, por ser un monstruo. Sólo me aguantaba por mi madre.

Pasé años en la calle, sola, sin amigos, sin familia, sin un techo... Alimentándome como podía, cómo sabía... Hasta que un día llegó él, Theodor, el vampiro que te atacó la otra noche. Me tendió la mano, me dió un hogar, me prometió protección... Todo mentiras. Me odia por lo que soy, una híbrida, pero me necesita al mismo tiempo, soy la visión del día que él no tiene... Theodor es un monstruo, cruel, despiadado, arrogante, prepotente, egocéntrico... La noche de tu ataque salió furioso de tu casa, y volvió casi al amanecer cubierto de sangre, a saber lo que haría... ¿Sabes? Le pone cachondo matar, ver sufrir a la gente, su linaje es muy antiguo, y no sólo se alimenta de sangre, sino también del dolor ajeno. Esa noche, cuando regresó, yo acabé siendo su presa, como años atrás lo fue mi madre. No pude hacer nada. Él es el señor de nuestro clan, y aunque yo no soy vástaga y no pueda mandar sobre mí, no puedo llevarle la contra. -Ava seguía sin abrir la boca, sorprendida por todo lo que le acababa de contar, pero al mismo tiempo triste por la vida que su amiga había llevado- Ava, mi misión contigo era clara, averiguar todo lo que sepa sobre el General de tus sueños, él tiene algo que pertenece a mi señor y lo ansía a toda costa. Al principio fue fácil engañarte, pero conforme te he ido conociendo, me he dado cuenta de que no quiero continuar con esto. Me hace daño verte sufrir."

Pasaron varios segundos de la última palabra de la híbrida hasta la reacción de Ava, que aún sorprendida por todo, aceptó cada una de sus palabras.

-"Vampiros...- susurró mirando a Agatha- Pero...¿Porqué veo a Lucius? ¿Sólo soy yo o hay más gente que tiene esos sueños? Y, ¿Cómo sabíais que soñaba con él?"

-"Ignoramos el porqué de tu conexión con él. Theodor tiene como contacto a una poderosa bruja, muy antigua, ella le facilitó tu nombre, y también le creó un portal para viajar y poder recuperar lo que es suyo."

-"¿Viajar en el tiempo?- se preguntaba Ava pensando en mil y una posibilidades con aquella idea- ¿Tú puedes ir también?"

-"No. Es algo exclusivo de Theodor."

-"Y si nosotras acudimos a esa bruja... ¿nos daría otro portal para poder ir? Agatha, necesito verlo, lo sabes, sueño con él, me despierto y sigo pensando en él... Y ahora de repente se planta frente a mi esa posibilidad... La posibilidad de verlo, de entender todo..."

-"Ava, esa bruja tiene una relación muy estrecha con Theodor, tú me entiendes, se intercambian favores mutuamente... Yo ni siquiera la he llegado a ver...-tras esta negativa, Agatha pudo ver cómo la luz que por unos instantes habían cobrado los ojos de Ava, se apagaron, su mirada se derrumbó, había vuelto a perder la esperanza. Agatha no quería verla así, le dolía, y finalmente reculó- Pero si quieres, déjame unos días que me informe bien del tema, seguro que algo podré averiguar...-volvió a ver la mirada iluminada de su amiga, y le tendió la mano- ¿Amigas?"

-"Amigas"-le contestó Ava cogiéndole la mano y fundiéndose en un abrazo con ella.

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Esa misma noche, en el sótano de la mansión del clan, Theodor y Godfrey despertaron. Agatha se encontraba en las plantas superiores, pues el acceso al sótano tenía un cierre de seguridad, y ella no era conocedora del código. Su único acceso, fuera de las estancias comunes de la casa, eran los calabozos, dónde tenían como prisioneros a humanos para su abastecimiento de sangre, y estos, se encontraban de forma separada a dónde los vampiros dormían.

-"Qué mala cara llevas, Theodor"-bromeó Godfrey al ver aparecer a su amo

-"Estaré cansado, o yo que sé...-se quejaba cual niño pequeño- Me muero de sed, tráeme a algún prisionero que lo voy a dejar seco."

-"¿Prisioneros? Te iba a decir de salir a cazar porque hace dos noches que murió el último..."

-"¿¡CÓMO?!-exclamó sorprendido Theodor. Y es que, aunque ellos tuvieran prisioneros para su abastecimiento, no los mataban de forma general de una, al contrario, iban poco a poco, alimentándose de forma gradual de manera que, ellos quedaran saciados, al humano le diera tiempo a regenerar heridas y así servirles en más ocasiones, y en muchos casos, de matarlos al momento, guardaban toda la sangre en frío para poder beberla en varios días.- ¡Se supone que es Agatha la encargada de mantenerlos con vida! Ni para eso sirve ya... Avísala, salimos de caza..."

Godfrey avisó a la pelirroja, se prepararon, y los tres salieron. Sus zonas de caza humana se limitaban al extrarradio, lejos de las grandes urbes, dónde así no llamar la atención de posibles cazadores. Y en esas estaban, en los alrededores de un pequeño pueblo de la zona, dónde la falta de un par de humanos no sería motivo de sospecha más allá de un simple secuestro que quedará archivado para siempre en los archivos del sistema de la policía local.

Caminaban por la zona, oscura, sin actividad aparente. Durante todo el camino Theodor estuvo reprochando la muerte de los prisioneros a Agatha, ya que ella se encargaba de curarlos y alimentarlos, para prolongar lo máximo posible sus vidas.

-"Mi señor,-acabó diciendo la pelirroja- ¿y no hay nada más allá de lo que conocemos para que los humanos no desvanezcan tan pronto? Igual la bruja con la que tienes tratos pueda darnos algo...?"-pregunta estratégica para mover ficha acerca de la bruja

Theodor frenó, junto con él, Godfrey y Agatha, miró a la pelirroja muy serio y le dijo: -"Mira, Agatha, voy a ver muy sincero y educado contigo, NO vuelvas a mencionarme a la bruja en tu puta vida..."

-"Lo siento mi señor... Yo sólo..."

-"Tú nada."- le cortó Theodor. Siguieron caminando. Seguía sin haber actividad por la zona y el vampiro empezaba a impacientarse.

Merodearon por la zona un tiempo considerable hasta que finalmente, a lo lejos, vieron aparecer un grupo de tres amigos. Comenzaba la caza.

Theodor dio señales a su vástago y a la pelirroja para que se quedasen atrás, quería hacerlo él mismo, y es que, la sed que tenía, no podía esperar a efectuar una caza limpia y llegar a la mansión.

Los amigos hablaban entre sí, bromeaban, reían... Nadie les hubiera dicho nunca el final que les auguraba. Theodor se plantó frente a ellos, sonrió. Sus garras comenzaron a afilarse y los colmillos a aumentar de tamaño. Antes de que aquellos humanos pudieran reaccionar, con una velocidad sobrehumana, el vampiro hizo varios cruces con los tres. Los mareó. No sabían dónde estaban, qué estaba ocurriendo. No veían nada, ni al misterioso hombre que los acechaba. De los árboles salieron una bandada de murciélagos que atacaron a los chicos. Los arañaban, los mordían, los aturdían. Conforme llegaron, desaparecieron. Tras ellos, sonriente, Theodor. Agarró a uno de ellos del pelo y lo lanzó al suelo con gran fuerza, dejándolo inconsciente. Al segundo, el cual quedaba a su izquiera, le dió un gran golpe con el codo quedando en el mismo estado que el primero de ellos. Y con el tercero, que intentó salir corriendo, lo agarró del cuello para saciar su propia sed...

A lo lejos, y escondidos entre la vegetación del entorno, contemplando el espectáculo, quedaron Godfrey y Agatha, y ésta, curiosa aún por saber más acerca de la bruja, siguió preguntando:

-"Oye, Godfrey, ¿tú has visto alguna vez a la bruja?"

-"Un par de veces... ¿Porqué lo preguntas?"

-"¿Y sabes dónde vive o dónde podríamos encontrarla?"

-"Yo siempre la vi con Theodor, en bosques, no tengo ni idea en qué agujero se esconde... ¿Porqué lo preguntas?"

-"No, por nada... Simple curiosidad, supongo..."

Mientras hablaban, un Theodor cubierto de sangre, y visiblemente saciado, se acercó a ellos.

-"¿Qué estáis hablando vosotros?"-les preguntó curioso, aunque él ya había escuchado todo

-"Nada, mi señor..."-se apresuró a contestar Agatha

-"Vamos a cargar a los humanos..."-dijo el vampiro cortando así la conversación de la pareja y dando una orden clara a su vástago

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Una vez en la mansión, Godfrey se quedó a cargo de acomodar a los nuevos "huéspedes". Mientras, Agatha, fue al baño, a asearse, aunque no estaba sola, pues su amo, curioso por saber su repentino interés por la bruja, no pudo evitar invadir su espacio personal entrando sin previo aviso.

-"Mi señor...-dijo asustada la pelirroja- Sólo me estaba aseando un poco, ya me voy..."

Sin mediar palabra, Theodor comenzó a caminar hacia ella, provocando así que Agatha retrocediera varios pasos hasta no poder más, pues dio con la pared. No tenía escapatoria.

El vampiro, una vez la tenía exactamente donde quería, apoyó su brazo contra la pared, marcando así su territorio y bloqueando una posible salida para la híbrida.

-"¿A qué estás jugando?-le preguntó serio. Agatha sólo podía tartamudear...- ¿Crees que soy imbécil? ¿Qué no me he dado cuenta de que llevas toda la noche preguntando por la bruja...?-ante la presión, la híbrida comenzó a temblar, no estaba Godfrey para protegerla, y ella no tenía la fuerza ni el valor suficiente para enfrentar a su señor. Theodor se percató de su estado y continuó su amenaza- No vuelvas a preguntar por la bruja, ni por nada, o no seré benevolente contigo... VETE."

Con la vía libre, Agatha pasó por debajo de Theodor y salió corriendo de allí. El alba llegaría pronto. El señor, en cambio, se quedó allí plantado. Pensativo. ¿Porqué ese interés en Artemisia? Algo se le escapaba, pero no creía a la pelirroja con el valor suficiente para seguir el camino que había emprendido...