Capítulo 25

Cayó la noche. Agatha daba vueltas en una de las salas secundarias de la mansión, inquieta, cabreada, al fondo, podía ver a Miguel, quién se acercó a ella sigilosamente.

-"A ti te estaba yo esperando...-le dijo enfadada al vampiro- Me dejiste que ir a ver a tu amiga era seguro, ¡seguro!, ¿y sabes qué? ¡Me he cruzado con un puto lobo!"

-"¿Pero ella está bien? ¿Estaba cerca de su casa?"-preguntó Miguel muy intersado

-"Sí, ella está bien, yo también, gracias por el interés... -nótese el recochineo-Y no, no estaba cerca de su casa, por los alrededores del pueblo más bien. Pero, no esquives mi enfado, Miguel, y cuéntame ahora mismo qué es ella, y porque merodean lobos por su espacio."

-"Mierda... ¿Lo has notado?"

-"No en un primer momento, pero luego pasó algo extraño... Había magia en el viento, y éste la envolvía... No sé cómo explicarlo la verdad, pero me he jugado la puta vida, así que ahora me cuentas todo."

-"Yo te explico, pero por favor, no digas ni una palabra de lo que hablemos aquí, a nadie. -Agatha asintió, y ambos tomaron asiento- No estoy seguro de qué es ella, ni de la relación que pueda tener con los licántropos, son todo teorías, pero, su sangre... Es... Especial, nunca había probado nada igual...- en ese momento Agatha abrió los ojos y lo miró mal- ¡Oh, vamos! No me mires así, soy un vampiro, he de alimentarme, además, su sangre es adictiva, no te haces ni una ligera idea de la fuerza de voluntad que empleo para no beberla toda y dejarla seca... "

-"Eso es repugnante, Miguel."

Éste rodó los ojos y continuó:

-"¿Conoces la maldición de los lobos? Hace más de mil años, los licántropos eran más animales que humanos, y su alfa, Greg, era el más salvaje de todos. Una luna llena, con la bestia en su estado más salvaje, Greg atacó un campamente de poderosas brujas. Las pocas supervivientes maldijeron a la especie a la extinción, y poco a poco los lobos han ido desapareciendo conforme les han ido dando caza."

-"¿Y los cachorros?"-curioseó Agatha

-"No hay, no pueden ejendrar de forma natural, es parte de la maldición. Afortunadamente para ellos, al poco ascendió un nuevo alfa, Cassian, y Greg fue desterrado."

-"Pero no entiendo, qué tiene que ver todo esto con Tecna?"

-"Como ya te he dicho, Agatha, no lo sé, todo son teorías, pero es posible que la magia que percibo en ella pueda revertir esa maldición, y por ese motivo estén cerca. O puede también que sea mera casulidad, y ellos no hayan percibido a Tecna, no son tan listos, en verdad. En cualquier caso, estoy alerta y vigilante."-explicó Miguel

-"¿Podría ser una bruja?"

-"No, las brujas no saben así, ella es especial... De todas formas, lo que sea, está dormido, y ella no es consciente de nada.- hubo unos segundos de silencio, donde ambos se miraron sin saber bien qué decir, pero pronto Miguel continuó- Te has enfrentado a un lobo y sigues aquí, enhorabuena pelirroja, ya eres más valiente que mucha chusma que se hace llamar vampiro."

Agatha sonrió, ¿eso era un halago?, no estaba acostumbrada a ellos. Pero la tensión volvió al ambiente, pues Theodor, al ver que ambos estaban hablando, vino rápido a molestar.

-"¿Qué estáis hablando vosotros?- preguntó serio, y antes de recibir ninguna respuesta, decidió quitarse a Miguel de enmedio- Espabila, Miguel, hay que entrenar a Sextus, te está esperado fuera."

Éste rodó los ojos, se levantó, y se fue sin decir nada, pues nada podía replicarle a su amo. La híbrida también se levantó, e intentó salir de ahí, pero Theodor le cortó el paso. Rápida, habló.

-"Con tu permiso, mi señor, si vais a entrenar, yo estudiaré un rato, estoy intentando sacarme la carrera de psicología."

-"No. -zanjó- A entrenar van ellos, tú vienes conmigo, tengo un regalo para ti."

La agarró del brazo, pero sin forzar su movimiento, y la condujo hasta el dormitorio. Dentro, un pobre desgraciado semi desnudo, suplicando por su vida. Agatha lo miraba, con pena en sus ojos, pues llevaba tiempo sin probar la sangre humana, desde su empatía con Ava tenía otra visión de la vida. Theodor la agarró por la cintura de espaldas y le susurró en el oído:

-"¿Te gusta tu regalo? Es tuyo, haz lo que quieras con él..."

-"No quiero hacerle daño..."-susurró debilmente

-"Sí. Sí quieres. El vampiro que llevas dentro quiere. Mata de una puta vez tu lado humano, que de nada te sirve. -se giró hacia ella, cara a cara, cuerpo a cuerpo, sintiendo su acelerada respiración- Mañana es el eclipse, y todo cambiará. Nosotros cambiaremos. Disfruta de esta noche, de tu regalo, saboréalo a él, saboréame a mi... -la besó, la besó apasionadamente mientras le desgarraba la ropa y la dejaba completamente desnuda a su merced, y ella... Ella le miraba, con deseo, ansiaba ese momento de lujuria, volver a caer en sus manos. -"Mañana todo será distinto para nosotros, todo..."-le susurró

Volvió a besarla, locamente, mientras tocaba todo su cuerpo, no habían misterios para él. Ella se dejaba. La tiró hasta la pared, abrió sus piernas, y rodó la lengua por todo el cuerpo, hasta bajar a su zona más íntima, allí, la arrastró a la más oscura locura. De fondo, un lamento constante sin esperanzas de pasar de aquella noche.

-"Mata a la humana que llevas dentro..."-le volvió a susurrar mientras subía a su altura, volviendo a recorrer su cuerpo

Ella lo miró, pero no con su mirada habitual, ésta había cambiado, tornaba unos tonos más oscuros, cegados por la maldad que intentaba corromperla. Se dirigió a su presa, aquel humano que aún seguía suplicando por su vida, y subió sobre él, encandilándolo y envolviéndolo en una última aventura.

Mientras ella disfrutaba de los placeres carnales, Theodor miraba, morboso, contemplando su obra de arte, pues todo este caos era gracias a él.

Tras disfrutar de aquel humano, había llegado la hora, Agatha debía terminar aquello, hacer caso únicamente a su instinto salvaje, y así hizo, lanzandose al cuello de aquel muchacho, deborándolo hasta saciar su sed de sangre... Su amo seguía mirando, cachondo por la situación, desnudandose paulatinamente mientras observaba.

Cubierta de sangre, y saciada su sed, Agatha miró a su amo, frente a ella, se relamió la sangre de sus labios mirándolo fijamente, y sigilosa, se acercó a él moviendo sus caderas...

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Salió el sol, alumbrando un nuevo día, corto, más que nunca, pues al fin había llegado el famoso eclipse. En un par de horas, el sol sería cubierto por la luna, pero no se trataba de un simple eclipse solar, no, éste en particular, uniría el día con la noche, inundaría de sombras a toda Europa. Esto provocaría un descontrol por parte de las clases más bajas de la chusma nocturna, afortunadamente, en este mundo, hay quién las frene.

Aprovechando las únicas dos horas de luz que tendrá el nuevo día, los lobos aprovecharon para entrenar al nuevo miembro de la manada, algo necesario para asegurar su propia supervivencia, y salieron a la montaña, aprovechando un claro en ella que les permitía moverse con facilidad.

En el combate, Elías y John, ante la atenta mirada de algunos del resto de la manada, especialmente del alfa. "¡No hay dolor!", gritaba Elías al novato mientras le asestaba los golpes. John, afrontándolos como buenamente podía, apenas podía respirar, aunque su gran fuerza de voluntad, le hacía dar algunos golpes también.

-"Progresa con rapidez, no es fácil abatir a Elías, y aún así, es capar de hacerle frente."-comentó Rory mirando a su alfa

-"Si.-contestó Cassian sin quitar la mirada en el combate- Es un buen ejemplar. Pero no está preparado aún. No para hoy. "

-"¿Eso quiere decir que no vendrá al festín?"-preguntó Rory

-"La luna que hoy nos acompañará será diferente, sibilina, cargada de poder y maldad. No, no vendrá, y necesitará a alguien que le vigile y controle, y ese serás tú, Viggo."- ordenó Cassian

-"¿¿¡Yo??!-replicó el rubio- ¡Llevo entrenando para este día toda mi vida! ¡No es justo que me apartes así!"

-"He dado mi orden, y espero verla cumplida.- de fondo seguía el combate, John exhausto, en el suelo, apenas podía moverse ya. Cassian los miró- ¡Basta, Elías! Es suficiente."

La pelea paró, John ya podía coger aire. Mientras, Cassian y Elías andaron unos metros hasta alejarse del resto de la manada.

-"Aún no está preparado."- empezó Elías

-"Lo sé. Avanza rápido, pero no lo suficiente.-contestó Cassian- Necesitamos un arma más poderosa, que no le tiemble la mano a la hora de matar chupasangres, y que sepamos que no va a morir tan fácilmente. Lo necesitamos a él."

-"No estarás hablando de..."

-"Greg. Hablo de Greg. Es un aniquilador de vampiros, incluso estando desterrado, ha matado a más vampiros que ningún otro lobo o cazador. Sabe como se mueven, como luchan, conoce sus puntos más débiles. Lo necesitamos."

-"Lo retaste, te batiste en combate a muerte con él, ganaste y le perdonaste la vida, dejando su orgullo por los suelos. No contento con despojarlo del liderazgo de la manada, lo desterraste y condenaste a vivir en soledad. Jamás aceptará."

-"Pues no me queda otra que rebajarme, Elías. Míranos, no llegamos ni a diez en la manada, y sólo tú y yo conocemos la guerra."

-"¿Vendrá Viggo?"

-"No... Su padre estará en la fiesta, no voy a permitir que lo descubra, lo rompería emocionalmente, y no está preparado. Viggo se quedará con John."

-"¿El resto iremos todos?-preguntó Elías, a lo que Cassian afirmó con un movimiento de cabeza- Habrán bajas..."

Sí, habrán bajas, el alfa suspiró, sabía perfectamente que las habría, pero llevaba mucho tiempo planeando este ataque, y no había un momento más vulnerable para los vampiros, pues ellos estarán relajados en su patética fiesta, sin armas, sin esperar un ataque, no había vuelta atrás.

-"Prepara a la manada, -dijo finalmente Cassian-en una hora el sol desaparecerá, deberán estar preparados. Yo iré a por nuestra arma."

Y así hizo, dejó la orden a su beta, y se fue, cogió la camioneta y llegó a un lugar apartado de todo y de todos. No había nada al rededor, solo grandes árboles y mucha vegetación. Aparcó el vehículo retirado y caminó varios metros. Conforme se iba acercando iban apareciendo por el senderos carteles de aviso: "no entrar" "peligro" "fuera de aquí" "muerte"... Pero eso no intimidaba a Cassian, él ya era muerte.

Siguió caminando. A lo lejos podía diefrenciar una silueta masculina, con una gran pala, trabajando el terreno. Era Greg.

-"Hace décadas que no nos vemos.-dijo Cassian para repeler un saludo más cordial, pero Greg lo ignoró y siguió con sus labores- ¿Sabes qué día es hoy? -pero nada por parte de Greg- ¡Podrías mirar a tu alfa cuando te habla!"

-"Tú no eres mi alfa."-le contestó sin devolverle la mirada

-"Aunque te desterrase lo sigo siendo. Soy el líder que te perdonó la vida, esa que no merecía piedad alguna después de la condena a la que llevaste a nuestra especie..."

-"¿La condena a la que yo llevé a nuestra especie?-finalmente Greg aparcó la pala y miró a Cassian- ¿Y qué hiciste tú años más tarde? ¡Arrastrarlos a una guerra absurda y sin salida! ¡Una guerra que acabó con practicamente toda nuestra especie!"

-"Estamos en paz entonces. -zanjó Cassian para cambiar de tema- Vuelvo a preguntarte, ¿sabes qué día es hoy?- Greg señaló el inminente eclipse sin decir nada- Exacto. Hoy se reunen los vampiros mayores para sus cosas de pijos, es el momento, nuestro momento. Estarán demasiado ocupados cortejando a viejas estiradas y follando como conejos, y te necesitamos."

-"Te olvidas de algo, Cassian, los dos mayores que quedan con vida son muy poderosos. ¿Cuántos sois en la manada?"

-"Somos pocos, pero bien entrenados.- Greg hizo un gesto de desaprovación, y Cassian continuó- ¡Si estoy aquí es por algo, no te apodan el aniquilador nocturno por nada! Tu lobo vale por veinte, todos lo sabemos, y te necesitamos. -se miraron, desafiantes, había tensión entre ellos, pero Cassian no podía dejarlo escapar, lo necesitaba- Ven con nosotros, venga a nuestra especie, vuelve a la manada y olvída al lobo solitario."

-"Sólo tengo dos condiciones: la primera, sin órdenes, no olvides que antaño fui alfa y no acataré sentencia de nadie; y la segunda, Petar es mío, que nadie lo toque salvo yo."

-"Hecho. Petar para ti, yo me encargaré de Theodor..."