Capítulo 7

Agatha bajó del coche, vió salir a su amo quemando ruedas con el coche, "¿dónde irá tan furioso?" Se preguntaba la pelirroja mientras lo veía desaparecer a gran velocidad.

Godfrey, al escuchar el coche, salió para recibirlos, pero sólo encontró a Agatha. Ésta lo miró, su mirada perdida le decía todo al rubio, pues nadie conocía al señor de la casa como su vástago. Entraron en la mansión. Agatha seguía descolocada.

-"¿Qué ha pasado, Agatha?"-preguntó finalmente Godfrey en vistas de que la híbrida no abría la boca

-"Ava no sabía nada...-su preocupante gesto dejaba ver que realmente le importaba la humana- Casi la mata, Godfrey. Estaba fuera de sus casillas. Más de lo normal... Ha vuelto a salir con el coche..."

-"Theodor en ese estado es un peligro para cualquiera, a saber dónde habrá ido... ¿Tú estás bien?"-miraba preocupado a Agatha

-"Si. Yo estoy bien...-seguía pensando en Ava, tirada en el suelo, cubierta de sangre, sola...- Godfrey, esa piedra que busca, ¿qué es?"

-"No es una piedra cualquiera. Pertenecía a su familia. Su padre la tenía. En su interior, late el poder de Astaroth."

-"¿Poder?"

-"Le otorgaría poderes inimaginables, Agatha. Con la piedra en su poder, sería más demonio que vampiro. Podría salir incluso a plena luz del día... Sería el ser más poderoso con vida."

-"Me mataría entonces, Godfrey. Sólo le sirvo por ser sus ojos durante el día, pero me odia por ser una híbrida..."

-"Cualquiera estaría en peligro con esa piedra en su poder...-Godfrey no paraba de mirar a su chica mientras hablaba- En unas semanas, tendrá lugar un raro eclipse, que coincide en fecha con el aniversario de la creación de nuestra especie, esto pasa cada dos mil años. Los vampiros más puros se reunirán en una fiesta, y en ella, elegirán pareja. Con esa gema, con ese poder, Theodor tendría a todas las vampiresas a sus pies, deseando ser las elegidas. Y él... Él tendría nuevamente la pureza de su linaje asegurado."

-"Va a enfurecer como no la consiga entonces..."-le dijo Agatha después de asimilar todo lo que el rubio le había dicho

-"Enfurecerá de todos modos, es su carácter. Pero, sinceramente, entre tú y yo, espero que no la encuentre nunca. No cabría por esa puerta con un ego tan amplificado..."

Agatha y Godfrey permanecieron hablando durante más tiempo sobre el tema. Se encontraban solos en la mansión, así que no existía ningún tipo de tabú para hacerlo.

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Por otro lado, Theodor, llegó a la explanada dónde solía abrir el portal. Estaba muy furioso. Un fuego arrollador le recorría todo su ser. Cruzó el portal. Al hacerlo, en el centro, se encontró a lo lejos un grupo de tres soldados, haciendo guardia en el mercado principal. Éstos hablaban acerca de lo ocurrido con la hermana del General y con Tito. Theodor permaneció unos minutos oculto para entender bien la conversación, al fin y al cabo, el conocimiento es poder, ¿no?

-"Qué pena que finalmente se haya marchado la hermana del General,-decía uno de los soldados- Era la muchacha más bonita de toda la región, y daba gusto mirarla..."-reía

-"¡Que no te escuche el General hablar así de su hermana o te cortará los huevos!"-bromeaba otro soldado

La conversación iba acerca de la hermana del General Lucius, dato interesante para Theodor, su enemigo tenía un punto débil dónde poder hacer daño... Cansado de escuchar nada más que bromas y tonterías, finalmente salió mostrando su rostro frente a aquellos soldados.

-"Hola soldaditos,-se cachondeaba- ¿puedo unirme a la conversación? A mi también me apatece hacer travesuras con la hermana del General..."

Inmediatamente, los soldados desenvainaron sus espadas y adoptaron su posición de ataque.

-"Uuuh...-resoplaba el vampiro- Qué miedo dais... ¿Levanto las manos o algo? -seguía riéndose de ellos descaradamente- ¿O empezamos el baile?..."

Los soldados se abalanzaron contra Theodor, espadas en mano, éste, sin ningún arma en su poder, las esquivaba y jugaba con ellos. Sus movimientos eran rápidos. Casi inperceptibles para el ojo humano. Cuando los soldados atacaban por un lado, él aparecía por sus espaldas, los empujaba, los lanzaba contra ellos mismos. Se estaba divirtiendo. Con el baile en su poder, y sin ninguna posibilidad para los mortales, Theodor los iba colocando estratégicamente, sabía muy bien lo que hacía. En uno de los movimientos, lanzó a uno de los soldados contra otro, y sujetando con fuerza su espada, acabó clavándosela en el pecho al compañero. Aturdido por haber matado a su propio igual, sacó su espada del cuerpo, éste cayó al suelo, y se tiró inmediatamente para comprobar su estado. Theodor los miraba, ni siquiera se había manchado las manos. Quedaba un tercero, que aprovechando el momento, se tiró rápidamente contra Theodor, pero el vampiro, aún distraído, notó su presencia, y, sin pestañear siquiera, lo agarró del cuello, lo levantó unos centímetros del suelo, y apretó fuertemente hasta romperle los huesos y asfixiarlo, provocando su muerte. Lo tiró al suelo con cierto aire desagradable.

Quedaba un único soldado con vida, el más joven de los tres, fue a recoger su espada para seguir plantando cara a Theodor, pero éste le dió un golpe al hierro con el pie enviándola lejos de su mano. El soldado se levantó.

-"Escúchame soldadito, dile a tu General, que, o me devuelve lo que me robó, o voy a empezar a matar algo más que soldados. Es más, os he escuchado antes hablar de su hermana, dile que le doy dos semanas o la buscaré hasta debajo de las piedras, la torturaré, me la follaré hasta dejarla sin aliento, hasta que la vea agonizar y exalar su últimos momentos, y después la exibiré por todas las putas calles de vuestra patética ciudad como un puto trofeo. Ahora vete."-zanjó

Aurelius, aquel joven soldado que quedó en pie, salió corriendo de allí, dejando los cuerpos de sus compañeros sin vida junto a aquel demonio. Pero ya nada podía hacer por ellos, estaban muertos, en cambio, debía dar aviso a su General, contarle lo ocurrido, y por supuesto, contarle la amenaza lanzada por Theodor.

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La noche pasó rápidamente, y en la mansión, seguían Godfrey y Agatha, pero esta vez, ambos estaban preocupados, el alba estaba al caer, y Theodor aún no había regresado.

Al poco, ambos escucharon el motor de un coche con gran carruaje. No había duda, así es cómo sonaba el Porsche de Theodor.

Entró al salón, dónde lo esperaban su vástago y la híbrida. Estaba cubierto de sangre, y no sólo por la de los soldados, sino que aún seguía arrastrando la propia sangre de Ava. En sus rostros podía ver la preocupación por su vuelta, incluso de su vástago, podía sentirla. Pero el fuego seguía corriendo por sus venas. Necesitaba calmarlo, estaba en un estado de éxtasis incontrolable. Godfrey fue a preguntar, pero antes de que abriera la boca, su amo le dio una orden clara y contundente:

-"Vete al sótano, Godfrey, déjame a solas con la híbrida."

Ante una orden, un vástago no podía replicar, sólo obedecer. Es el mayor castigo que podía sentir un convertido. Sin poder optar ni siquiera a la réplica, Godfrey agachó la cabeza, fue a la puerta que daba acceso al sótano, dónde ambos pasaban el día, lejos de los temidos rayos de sol, desbloqueó el cierre de seguridad, y entró. A su paso, la puerta volvió a bloquearse.

Theodor, serio, hizo un gesto con la cabeza para que Agatha lo siguiera, y acabó llevándola a una de las habitaciones. Una vez vez allí, Agatha tenía la cabeza agachada, tenía miedo, pánico. ¿Qué estaba ocurriendo? Era la primera vez desde que pertenecía a aquel clan que se encontraba en una situación similar.

-"Tiemblas...-dijo Theodor mirándola- ¿Tienes miedo?"

-"Yo... -titubeaba Agatha- No he hecho nada malo mi señor..."

-"Ya sé que no has hecho nada malo... No estoy aquí para castigarte, sino para recompensarte...- Agatha levantó la mirada hacia su señor, no estaba entendiendo nada, pero ella seguía temblando y muerta de miedo- Quítate la ropa..."-le ordenó

-"¿La ropa?-preguntaba muy suavemente a la par que desconcertada- Pero mi señor..."

-"QUE TE QUITES LA PUTA ROPA TE HE DICHO"

Agatha obedeció. Se quitó todo lo que llevaba quedando desnuda e indefensa ante su señor. Theodor la miraba, nunca la había visto desnuda. Nunca le había llamado la atención como mujer. Sin embargo, la estaba repasando con la mirada, mientras ella temblaba, pero a él le daba igual, le gustaba lo que estaba viendo. Andaba alrededor de ella, en círculos, le acariciaba la espalda, los brazos, olía su pelo... En su interior, la ira que venía arrastrando toda la noche, la pedía a gritos que lo hiciera, que la poseyera. Sólo así acallaría su propia frustración.

Se plantó delante de ella, y se quitó su ropa. Agatha tenía la cabeza baja, no estaba entendiendo la situación. Prefería no mirar. Algo dentro de ella le decía que saliera corriendo de allí, aún estaba a tiempo. Pero no lo hizo. Allí estaba para servir, y si su señor solicitaba su cuerpo, no podía hacer nada... Desnudos ambos, Theodor seguía contemplando su blanco cuerpo desnudo, sonreía.

-"Ahora entiendo porqué le encantas a Godfrey... Contra la pared."-ordenó

-"Mi señor, por favor..."-dijo en un último intento de compasión

-"¿Eres sorda? Si te digo contra la pared, obedeces; si te digo a cuatro patas, obedeces; si te pido que ladres, tú ladras. ¿Lo entiendes ahora? CONTRA LA PARED"

Con todo el dolor de su corazón, Agatha obedeció. Se sometió a los placeres de su amo. No podía contradecirlo, él mandaba. Todo se lo debía a él, o eso pensaba constantemente mientras veía a su señor disfrutar con su cuerpo.

Cuando terminó, empujó su cuerpo a un lado, había desfogado su fuego interno. Sonreía. Se vistió y la miró. Ella seguía inmovil en la cama, con la mirada perdida. No le importó. En ese clan mandaba él, y todos debían estar a sus órdenes. Feliz, salió por la puerta. El alba ya somaba por los cristales de las ventanas. Cuando finalmente Agatha se vio sola, empezó a llorar de la impotencia que sentía consigo misma...