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Capítulo 3

Foto del escritor: Ladynoell Ladynoell

Era de noche, Theodor salió con la primera luz de la luna, sigiloso, pero sin esconderse. Cogió el coche y condujo durante varios kilómetros. Llegó a una pequeña aldea, perdida en un valle rodeado de frondosas vayas y grandes pinos... A lo lejos de su camino, una cabaña con cierto aire misterioso, mágico, enigmático...

Theodor no se molestó en llamar a la puerta, directamente entró, aunque la puerta tampoco estaba especialmente cerrada. Allí se encontró con una mujer, de espaldas, sentada en un gran trono, antiguo, frente a una mesa llena de cartas de tarot y brujería variada. La habitación apestaba a hierbas, incienso... La mesa, de madera de roble bueno, no sólo tenía las cartas, grandes tomos de libros, pesados, copas con extraños brebajes en su interior, mezclas en pequeños cuencos... La bruja, con el cabello negro como la misma noche, un color de piel más similar al de un lagarto que al de un ser humano, y unos enormes cuernos sobresalían de la cabeza abrió la boca para dar la bienvenida al vampiro:


-"Tu educación va en aumento con la edad..."

-"Hola bruja..."-le dijo serio mientras tomó asiento frente a ella

-"¿Qué quieres ahora, Theodor, descendiente de Djall?"-le preguntó chistosa

-"No sé para qué preguntas... -la miraba fijamente- lo sabes de sobra Artemisia... ¿Dónde está mi piedra?"

-"Otra vez con lo mismo Theodor... -resoplaba- Ya usé un potente conjuro para datar cuando latió por última vez, te abrí un portal al pasado para que la busques... ¿Qué más quieres?"

-"Quiero que pongas más empeño, bruja... Haz magia de esa tuya y encuéntrala... La necesito, y lo sabes..."

-"Tú, como siempre, a contrarreloj. -se estaba empezando a mosquear la bruja- Yo ya hice mi trabajo, ahora haz tú el tuyo..."

Theodor, enfadado, le bufó mostrando sus colmillos, pero Artemisia no le tenía miedo, al contrario, sabía manejarlo a la perfección...

-"Oye...-dijo la bruja- Necesito un corazón fresco para un conjuro, y ya que estás aquí, -se levantó y revoloteaba junto al vampiro- podrías traerme uno... Sabré compensártelo"


Ella lo miraba desafiante, decidida, él se levantó y se puso frente a ella, la diferencia de tamaño era notoria ya que la bruja medía poco más de un metro y medio, pero aún así, sabía llevar al vampiro por el camino que más le convenía.

Sin decir nada, Theodor salió por la puerta, dejando a Artemisia parada allí, pero no pasó ni media hora cuando regresó con un joven. Éste gritaba, lloraba, suplicaba por su vida. Pero todo era en vano. Theodor podía ser muy despiadado, jamás un lamento le detuvo para matar, y esta no sería la primera vez. Con Artemisia frente a ellos, y aún sin decir nada, le atravesó la mano en el pecho, sacando así su corazón. Envuelto en sangre, tiró el corazón al suelo. Era lo que la bruja buscaba, que se agachara ella al suelo a recogerlo. Theodor sólo buscaba su "recompensa", y empezó a quitarse la ropa.




Artemisia, con esa mirada aún desafiante, hizo lo mismo, hasta quedarse completamente desnuda. Theodor se acercó a ella, la agarró por los muslos, levantándola en peso, y la chocó contra la pared, poseyéndola con gran pasión y agresividad...



Ese era el juego de ambos. La posesión. No existía el respeto, no existía el cariño. Sólo deseo carnal. Placer a cambio de algo. Ambos se conocen desde hace siglos, de hecho, Artemisia es mucho más antigua que Theodor, y ese siempre fue su rol. Como vampiro jefe de su clan, era necesario tener a una poderosa bruja de su parte, una bruja que les otorgara beneficios para con el resto de la especie. Y ésta, a su vez, tenía control sobre un Theodor desquiciado en busca de "algo"...


------------


Esa misma noche, dentro del sueño de Ava, encontramos a un Lucius tirado en el salón, hundido, triste, cabizbajo... Su hermana, Alypia, al verlo, se acercó a él...

-"¿Lucius?"-le preguntaba ella con cierta incertidumbre

-"Vete Alypia,-contestó tajante- quiero estar solo..."

-"Pero hermano...-se acercó más a él- Tienes que hacer por animarte... Lo que le pasó a Publio no es culpa tuya..."

-"Cualquier cosa que le ocurra a mis soldados es culpa mía..."

-"Me temo que no estás así solo por Publio, ¿verdad? ... Deja de pensar en lo que le pasó a Livia..."

Lucius la miró directamente y se levantó -"No tienes idea de nada, Alypia... Tu única preocupación es ver qué vestido te pones cada día..."

-"¡Sólo intento animarte, vale!"-le contestó Alypia levantando el tono

Lucius suspiró profundamente y se sentó -"No pude hacer nada por ella... Con cada parpadeo puedo verla tirada en un charco de sangre, sin vida... Jamás me voy a perdonar no haberla salvado... ¿De qué me sirve ser un gran General si soy incapaz de salvar a la mujer a la que amo?"

-"Hermano, la culpa es de los bandidos que rondan estas tierras... Tú no puedes proteger a todos... Tienes un deber con esta ciudad, ante la ausencia de un gobernador por parte de Roma, tú, como General, debes ocuparte de ella.."

-"Sólo soy un General jugando a manejar una ciudad... Lo único que se me da bien es el campo de batalla... Si no hubiera tenido reunión, Livia ahora estaría viva..."- se lamentaba Lucius

Alypia lo miraba, ya no sabía qué más decirle, era bastante testarudo, pero al final acabó levantándose, y sin decir nada más, se puso la armadura, y salió de allí.

Se dirigió hacia el mercado, aquel lugar maldito donde siempre pasaba todo... Miraba hacia un lado, hacia otro, desconcertado... ¿Dónde estaban sus soldados? Pensaba constantemente... No había señal de ninguno de ellos haciendo la guardia correspondiente...

Se dirigió al cuartel dónde guardaban las armas y dónde solían descansar , y allí estaban todos, desnudos, sucumbiendo a la pasión entre ellos y varias doncellas provenientes de la taberna...


-"¡SOLDADOS!"-exclamó furioso Lucius

Ante la presencia del General, aquellas "señoritas" salieron corriendo de allí, y los soldados participantes, se pusieron su armadura y armaron frente a su General.

-"Esta noche os tocaba a vosotros el turno de guardia, patrullar las calles de noche es esencial para la seguridad de nuestra gente, pero sin embargo, vosotros preferís vuestra propia diversión al bienestar de nuestra gente, nuestras familias, con Publio recién enterrado además... Ni respeto a los muertos tenéis ya... -el General los miraba fijamente, estaba realmente enfadado, no por que los soldados se divirtieran, sino por hacerlo dentro de su guardia- Marco, Sextus, sois mi mano derecha, ¿eso no os otorga ninguna responsabilidad ante vuestro deber?"


Todos los soldados agacharon la cabeza, estaban realmente avergonzados, y como portavoz, Marco: -"Discúlpanos mi General, estábamos cerca de la taberna y nos dejemos llevar, pero no volverá a pasar."

-"Eso espero,-contestó el General rápidamente- en mi legión quiero hombres, no niños... Ahora id a vuestros puestos y que esta situación no se vuelva a repetir..."

Los soldados salieron y el General tras ellos, la noche acababa de empezar y ellos debían cumplir su deber...



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3 Comments


Anne Martinez
Anne Martinez
May 20, 2023

Jajaja la bruja y Teodor hacen buena pareja .. son tal para cual, ninguno se puede fiar del otro y ambos tienen un chanchullo por ahí escondido 😂😂😂

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Diana Julieth Alvarez
Diana Julieth Alvarez
Mar 22, 2023

Bueno, al menos alguien sabe ponerle un poco de escarmiento a Theodor🤭🤭🤭jolínes, vaya faena se montaron los soldados, pero voy de parte de Lucius, no era el momento para andar en esas 🤭🤭

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Yrandsims
Yrandsims
Mar 16, 2023

MMM esos dos bruja y vampiro ,no sé cuál me da más mal rollo!! Al final se carga el mundo en busca de su piedra😅 y bueno pobre Lucios el llorando y los otros a saco en la taberna, cria soldados p esto

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Sobre mí

Amante de los sims desde sus inicios.

Cuento historias a través de ellos.

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