top of page
  • Foto del escritorLadynoell

Capítulo 23

La noche cayó, y Theodor tenía una reunión importante. Abrió un portal, el mismo que lo llevaría dos mil atrás, y lo cruzó. Caminó hasta el lugar de encuentro con el soldado, Sextus, pero no había nadie.

Giró sobre sí mismo, y cerró los ojos... ¿Dónde estaría? Se concentró y pensó en el latir de su sangre, en aquel bombeo que la última vez se quedó en eso, a pesar de que lo llamaba, gritaba sin voz "bébeme"... No era fácil localizar a alguien sin haberlo probado antes, sentía demasiados latidos que le ardían en el cuerpo, nunca antes había hecho algo así, pero podía, sabía que podía, tenía el poder suficiente para hacerlo... Abrió los ojos, lo tenía.

Sextus se encontraba tumbado en la fría roca, dentro de aquella celda, cuando una sombra apareció de la nada.

-"Me has dado plantón... -bromeó Theodor ante su desgracia- Pensaba que había algo entre nosotros..."

-"Lárgate... Ya no te sirvo."-contestó Sextus rotundamente

Theodor lo miró fijamente, aquel soldado era capaz de contestarle aún sabiendo que podría matarlo en un suspiro, sonrió, le encantaba aquella situación.

-"Me caes bien, soldado, y tienes cojones, eso me gusta aún más. ¿Te van a ejecutar?"

-"Mañana..."

-"¿Cómo?"-preguntó curioso el vampiro

-"Crucifixión."

-"Uffff... Una muerte lenta, agónica y dolorosa... ¡Me encanta! -exclamó Theodor- Pero, me da pena por ti... Pienso que eres fuerte, un diamante por pulir... La última vez que nos vimos, te hice una proposición, quiero que sepas que sigue en pie. -Sextus entonces se levantó y se puso frente a él- Tus heridas cicatrizarán, tu fuerza aumentará... -miró su cuello, cerró los ojos, otra vez ese bombeo...- Mi sed se saciará..."-susurró

-"Convertirme en uno de los tuyos... En uno cómo tú... ¿Porqué no lo haces sin más? ¿Esperas mi aprovación por algún motivo?"

-"¿Sabes que ocurriría si lo hago sin más? No tendría fieles a mí... Me costaría lidiar constantemente con vuestra rebeldía y vuestras quejas, y, con el tiempo, os costaría la muerte... Algo doloroso para mí. En cambio, si aceptas, eres consciente de a qué te comprometes, eres consciente de en qué te convertirás, eres consciente de que tendrás la fuerza y el poder suficiente para enfrentar, y ganar, a aquellos que alguna vez te hirieron..."

Aquella última frase, dicha a propósito para saber entrar y manipular la mente del soldado, de forma *legal*, sin ningún tipo de poder, fue la que retumbó sobre Sextus... "enfrentar y ganar" se repetía susurrando frente a Theodor, "enfrentar y ganar..."

-"Acepto."-dijo el soldado, no hacía falta ninguna palabra más, Theodor se abalanzó sobre él, probando la sangre que tanto le apetecía saborear, saciando sus gritos desesperados por satisfacer todos sus caprichos, y liberando aquella bacteria que ampliaría su familia.

Estaba hecho, con Sextus aturdido y dolorido, abrió un portal y se llevó al soldado.

En la mansión, escucharon el motor del coche, y rápidamente, acudieron todos a la entrada. Theodor no llegaba solo. Miguel agachó la cabeza y se restregó los ojos incrédulo, "¡lo que me faltaba!" pensó para sí mismo, Godfrey y Agatha, en cambio, simplemente observaban.


Subieron a una de las habitaciones, y dejaron a Sextus, aún en un estado de transformación y dolor, sobre la cama. El resto quedó en pie.

-"En un par de horas máximo su transformación será completada, y deberá ser saciada su sed. -explicó Theodor- Godfrey, caza algo para cuando despierte. Agatha, tú te quedarás junto con Miguel en la sala, vigilando que no haya ningún contratiempo."

-"Yo no he vuelto a esta casa para hacer de niñero."-dijo Miguel encarando a su creador

-"Tú harás lo que a mi me salga de los huevos, que para eso eres mío."-zanjó Theodor plantando cara a su vástago


Éste, miró al suelo, agachando ligeramente la cabeza, y se sentó en una de las sillas que habían.

-"Pues nada, lo que ordene *su majestad*..."-contestó irónicamente ante la fija mirada envuelta en pura ira de su amo

-"¡Godfrey!- gritó Theodor dirigiéndose a la puerta para perseguir al rubio, que ya había salido de allí- ¡Voy contigo antes de que mate a alguien que no deba!"-y dió tras él un portazo, dejando solos a Miguel y Agatha al cuidado de Sextus

-"Has... Retado a Theodor..."- titubeó la pelirroja

-"No... Como vampiro convertido soy incapaz de retar a mi creador, sigo bajo sus alas... Siempre lo estaré, es imposible una desvinculación con él, es demasido poderoso... -contestó Miguel, y tras varios segundos de silencio, Agatha tomó asiento, y éste continuó- Oye, tu puedes salir a la luz del sol, ¿verdad?- Agatha asintió- Me gustaría pedirte un favor..."

-"Si, claro... Dime."-dijo rápidamente la pelirroja

-"Tengo una amiga, que vive cerca de la frontera con Alemania, en un pueblo de Suiza, apenas hay dos horas en coche, solo quiero saber que está bien, que le digas que buscaré el modo de volver..."

-"¿Y porqué no la llamas o algo?"

-"Porque es humana y no quiero que Theodor sepa de su existencia, la mataría si piensa que es una distracción... De verdad, aquellos bosques no son seguros, sólo quiero saber que está bien..."

-"Humm... -refunfuñó Agatha- Está bien, me das la dirección y mañana voy"

Y en esas quedaron. Siguieron hablando durante un rato más, mientras Sextus poco a poco iba incorporándose, recobrando el conocimiento, y con él, sus ansias por alimentarse. Al poco, un golpe abrió aquella habitación, y entró Theodor cargado de una chica joven, la soltó de una sobre el frío suelo, sin ningún cuidado por ella, entre llantos y súplicas, e hizo un gesto a todos para que salieran de allí. Era el turno del soldado, su sed debía saciarse...




--------------


Las primeras luces de la mañana siguiente se hacían hueco entre las ramas de los frondosos árboles. Los gallos entonaban sus mejores voces, y los pájaros cantaban alegrando los oídos de cualquiera que se detuviese a escucharlos. Tecna se encontraba desayunando, tranquilamente, tras haber arreglado su pequeña granja.

La paz que le otorgaba aquel lugar, pronto fue alterada, pues Kira, su perra, comezó a dar vueltas ladrando, mientra miraba al exterior. Tecna la miraba, algún conejo habría pasado por su umbral de vista y la habría alterado, ¡seguro que era eso!, hasta que el animal salió del recinto y a lo lejos escuchó una voz femenina hablar a su perra. De un salto, dejó el desayuno a un lado, y salió. Frente a ella, una pelirroja totalmente desconocida para ella, pero muy conocida para el resto.


-"Hola... -saludó Tecna- ¿Te puedo ayudar en algo?"

-"Hola, -dijo la híbrida devolviendo el saludo, pero con un tono más frío que el de la pelirosa- mi nombre es Agatha, me envía Trevor, ¿puedo pasar?"

-"¿¡Trevor?! -exclamó extrañada Tecna, quién con cara de poker miraba a la pelirroja de arriba a abajo, pero pronto reaccionó y la invitó a pasar haciéndole un gesto con la mano

Dieron varios pasos hasta llegar a la cocina, y una vez allí tomaron asiento en una pequeña mesa redonda que había.

-"¿Quieres un café, té...?"- le preguntó Tecna mientras ella cogía su taza y la acoplaba sobre el mantel floreado que cubría la mesa

-"No, gracias."

-"Muy bien... -soltó Tecna aumentando el dramatismo del ambiente- Pues tú dirás que quiere Trevor, hace días que no sé nada de él..."

-"Me envía porque estaba preocupado por ti..."

-"¿Preocupado por mí? -sonrío ligeramente la pelirosa- Sería la primera vez que lo hace... Le dices que estoy bien, fin."- zanjó Tecna ante la atenta mirada de la otra

-"¿Y esta tirantez a que se debe?"- curioseó Agatha

Tecna la miró sorprendida, pues sentía que igual se estaba metiendo donde no debía, pero por otro lado, no sabía hasta que punto Trevor había hablado de su relación con ella... Se sentía confundida, así que, sin más, explotó:

-"No sé qué esperas que te conteste a eso, Agatha... ¿Porqué no ha venido él? ¡Ah, claro! Yo te lo digo, porque sólo me busca para lo que le interesa, ¡para follar! ¿Dónde ha estado cuándo lo he necesitado? ¿Sabes contestarme a eso? Porque he estado jodida, muy jodida, y ni rastro de él..."

Agatha resopló. No era consciente hasta qué punto ellos tenían una relación, y se estaba enterando ahora... No le quedaba otra que disculparse:

-"Bueno, siento haberte molestado entonces, no sabía nada de esto, yo..."

-"No, la que siente sus formas soy yo, ¡pfff....! -exclamó agotada la de pelo rosa- He tenido unos días bastante complicados y vivo alterada ultimamente..."

-"Igual yo debería haberme informado antes de venir aquí como una imbécil. Putos hombres..."

-"Entiendo que no tienes pareja..."- preguntó Tecna para calmar un poco el ambiente de tensión que se había formado

-"No sé que coño tengo, sinceramente..."- contestó la del pelo rojo, y ambas se miraron, y tuvieron ese momento cómplice, un momento para ellas como si fuesen dos amigas hablando de sus vidas, como si se conocieran de antes...

En ese momento, la brisa sopló más fuerte de lo que lo había hecho hasta ahora en toda la mañana, y junto con ella, una melodía susurraba en el entorno, Tecna la tarareó unos segundos inconscientemente. Entonces, todos los sentidos de Agatha se agudizaron más que nunca, ¿qué estaba sintiendo? Recordó las palabras de Miguel, "aquellos bosques no son seguros",

y se levantó en seco de la silla, arrastrándola hacia atrás, sus gestos hablaban solos, estaba muy nerviosa. Desconcertada, Tecna se levantó con ella, extrañada por ese cambio de actitud...

-"Me tengo que ir ya, Tecna. Un placer..."- dijo rápidamente la híbrida

-"¿Ya? ¿He dicho algo que te haya molestado?"-preguntó preocupada la de rosa

-"No... Es sólo que... -Agatha la miró, sus ojos imploraban aquella compañía y sus gestos denotaban que realmente pensaba que había hecho algo mal, no le gustaba verla así, pero aquel escalofrío seguía erizando el cuerpo de la híbrida, debía irse- Tengo un compromiso del que me acabo de acordar, ten, -sacó del bolso una tarjeta con su teléfono- llámame si alguna vez lo necesitas, no importa la hora."

Así dijo, y salió rápida de la parcela de Tecna, dejándo a ésta parada, junto a su perra.

Caminó velozmente hasta sentirse "segura" y alejada de allí, no sabía que estaba pasando, y su cuerpo sólo le pedía volver a casa, y en esas estaba, dirigiéndose al coche, el cuál estaba aparcado en el pueblo.

Pero esa seguridad, nuevamente se vió invadida...

-"Dónde vas tan solita, pelirroja..."

Dijo una voz masculina a lo lejos. Pero Agatha lo ignoró y siguió caminando, nuevamente sus instintos le gritaban que saliera de allí, aunque aquel hombre, enseguida la alcanzó y se paró frente a ella, dejándo ver su rostro...

-"Es la primera vez que te veo por esta zona, ¿te has perdido?"- preguntó Rudy


Pero Agatha no contestó, de hecho intentó esquivarlo por la derecha, fallidamente, pues Rudy la agarró del cuello y acercó su cara a centímetros a la de él, notando su respiración acelerada. Comenzó a olerla, el cuello, el pelo, la ropa que llevaba...

-"No eres pura... Huelo humanidad... -le susurró el lobo- Tan bonita, y con una maldición tan fea a tus espaldas..."

Sus garras poco a poco se iban clavando más y más en su piel, Agatha sentía dolor, miedo... Reconoció al lobo, aunque era la primera vez en su vida que se cruzaba con uno, aún así, lo reconoció. Sus largas horas leyendo antiguos libros en la mansión servían para algo, y si algo sabía por ellos, era que aquel lobo no se podía transformar sin la magia de la luna. Eso la llevó a actuar rápido, debía salir de allí, correr, refugiarse con su amo...

Afiló sus uñas y arañó la mano que la agarraba por el cuello, haciendo que esta se soltase, y, rápidamente, le mordió en el cuello, tan sólo unos segundos, pues aquella sangre era repugnante, pero fueron suficientes para dejar a aquel lobo atontado.


Escupió la sangre asquerosa como pudo, y corrió hacia el centro del pueblo, dónde tenía aparcado el coche. Aquella plaza, repleta de puestos por el mercado, y abarrotada de gente... Podía ver su coche, ¡menos mal! De todas formas, entre la multitud, ya se sentía segura, seguro que ese estúpido lobo no sería tan necio como atacar entre tanto alboroto, así que, manteniendo la calma para no llamar la atención, caminó hacia su destino, se montó, y se fue de allí.



35 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page