top of page
  • Foto del escritorLadynoell

Capítulo 23

Aún estaba oscuro, aunque el sol no tardaría en dar la cara. Tras la ventana de una imponente fortaleza, un hombre alto, de complexión delgada, cabello largo, y rubio. ¿Su nombre? Sauron.

Su semblante era serio, pensativo, nervioso. Tras él, apareció otro igual, otro vampiro.

-"Mi señor..."- dijo aquel vampiro, pero Sauron le hizo un gesto con la mano para que callara


-"¿Te das cuenta? No, no lo haces. Si observarais más, lo veríais. ¡Es el tiempo! ¡Son las señales que tanto ansiabamos! ¿Nieve en julio? Es ella, quiere despertar. Está deseosa por salir de su encarcelamiento. Me está llamando... -se dió la vuelta y miró al otro- Pocos habéis confiado en mí, pero no estaba loco... No, no lo estaba. ¡Ella me está llamando! Llevamos tras su pista años, siguiendo el desorde natural de la vida: ciclones, tsunamis, incendios, terremotos, cambios de temperatura... Si, este no es si no otra señal de que ya está lista, con la fuerza suficente para incendiar el mismo infierno y proclamarse reina absoluta. Con ella, todo se reestablecerá, el bien y el mal serán lo mismo, la gente dejará de sufrir... Dime que lo ves igual que yo... Si... Y junto a ella, estaré yo. Sentado a su lado, en un trono forjado a base de fuego y dolor de los enemigos... Allí espero verlo a él, agonizando ante mi, suplicando por su vida como lo hizo mi familia. -pausa dramática- El alba está próxima, ordena a todo el mundo recoger antes de la luz, mañana, con la primera oscuridad de la noche, partimos."


---------


Amaneció al fin. Lou miraba el sol tras la verja electrificada que rodeaba aquella casa, su casa. Melancólico, suspiró y se sentó en uno de los troncos que acompañaban una pequeña fogata. Hacía frío para ser julio, y en la madrugada, incluso algún copo de nieve había cubierto las ramas de los árboles más altos.

A lo lejos, podía verse una figura masculina acercarse lentamente. Lou se quedó mirando fijamente hasta que... ¡Era Viggo! Sin pensarlo, corrió hacia el interruptor de electricidad, lo apagó, y tras eso, salió corriendo hacia el lobo, fundiéndose con él en un intenso abrazo.

-"Me vas a ahogar, loco."- bromeaba Viggo ante la intensidad de Lou

Finalmento lo soltó.

-"No sabes cómo te hemos echado de menos, como te he echado de menos..."-dijo el moreno con cierta tristeza

-"Oye, Lou, yo..."

-"Lo sabemos todo, tranquilo. -le cortó Lou- A todo esto... ¡No te vas a creer la de cosas que han pasado en tu ausencia! ¿Sabes que ahora somos más? ..."

Lou lo agarró del brazo y emepzó a contarle todo, mientras, juntos, iban caminando al interior de la casa.

Una vez dentro, sin irse más lejos de la entrada, frente a ellos, en la cocina, estaba Rudy, quién atónito, soltó las chips que llevaba en la mano, y paso a paso, con la expresión de seriedad, se fue acercando, hasta tener frente a frente a su hermano, dejando a Lou en un segundo plano, y habló:


-"No me has cogido las llamadas. No me has contestado ni un puto mensaje. No te haces una idea de los meses que he pasado sin saber de ti." -Viggo lo miraba, sabía que llevaba razón, y no tenía escusa, así que, quedó en silencio. Pasaron varios segundos incómodos, ante la atenta mirada también de Lou, quién no sabía con exactitud por dónde iba a tirar Rudy, pero éste, dió un pasó más, y lo abrazó con fuerza. - "Eres un maldito cabrón enano al que he echado de menos."

-"Joder y yo a ti... A vosotros."- contestó Viggo incluyendo también a su otro hermano -"¿Estais solos? ¿No hay nadie más?"

-"Elías se ha llevado a todos los nuevos a entrenar, solo quedamos nosotros, Cassian, y ..."-dijo Lou hasta que un grito femenino interrumpió al lobo. Era Rory.

-"¡No lo puedo creer! -gritaba la loba mientras se abalanzaba sobre el rubio- ¡Has vuelto! ¡Mi rubio favorito!"


-"Al final me rompéis el cuello entre los tres... - bromeó Viggo- Chicos, yo sé que lo hice mal, y que os tengo que dar muchas explicaciones..."

-"Te lo he dicho antes, -le cortó Lou- lo sabemos todo, no tienes que explicarnos nada, todos hemos pasado por el mismo proceso que tu."

-"Sin tanto drama pero si... -dijo Rudy por lo bajo ante la fija miraba de una Rory diciendo que se callase- A ver, lo que quiero decir, es que, yo les conté lo que pasó aquella noche, y tras eso, Elías contó a Rory, alias bofetada rápida, toda la verdad, acerca de dónde veníamos. Y sí, nos ha costado asimilarlo, pero aquí hemos estado..."

-"Lo que Rudy, -continuó Rory- alias me paso el día llorando para luego ser un borde, quiere decir, es que al fin estamos juntos, ¡los cuatro! Éramos más hermanos, y ya sólo quedamos nosotros, ¡joder! ¡Estamos juntos! Y pase lo que pase, cueste lo que nos cueste, seguiremos estándolo, porque somos familia. No importa quién venga, no importa las trabas que nos depare el futuro, sólo importamos nosotros, y nuestro deber es cuidarnos. Todos lo hemos pasado mal, cada uno a nuestra manera, por favor, no nos echemos en cara cosas de las que luego nos podamos arrepentir, ¿estamos?

- dicho esto, Rory agarró a Lou y a Viggo, fundiéndose en un abrazo con ellos, mientras le hacía un gesto con la cabeza a Rudy para que se uniera y decía- Vamos larguirucho, deja de hacerte el interesante y ven con nosotros."

Rudy suspiró. Sí, se estaba haciendo el duro, y su hermana lo conocía perfectamente, pero finalmente se unió a ese abrazo a cuatro. Un abrazo intenso, entre ojos vidriantes y susurros entre hermanos.

Un abrazo que aguantaron durante varios minutos hasta que, de fondo, apareció Cassian, cortándolos entre toses fingidas. El abrazo terminó volviendo cada uno a su posición original.

-"Has vuelto. -dijo el alfa mirando al rubio- Sabía que regresarías. A tu hogar."

-"¿Tenía más opciones?"- le preguntó Viggo

-"Siempre las hay. -zanjó Cassian, a lo que el rubio no tuvo más remedio que suspirar y bajar la cabeza- ¡No os pongáis dramáticos! Aquí os hemos dado todo, ¡yo os he dado todo! Sois fuertes por mi. Sois valientes por mi. Sois luchadores por mi. Sois inmortales por mi... Igual no fui del todo sincero con ninguno de vosotros, pero recordad: vosotros nunca preguntásteis. Ahora, si me disculpais, me voy a la ciudad, tengo cosas que hacer.

-dicho esto, se dirigió a la puerta, y se paró cerca de Viggo, poniéndo una mano en su hombro- Aunque no te lo creas, me alegro que estés aquí."

Así habló, y sin esperar respuesta de ninguno de los presentes, salió. Condujo un rato hasta llegar a la ciudad, dónde lo esperaba Kayla, y con ella montada en la furgoneta, volvió a casa. Cassian bajó primero para guiar a la morena, y frente a su hogar se pronunció:

-"Bienvenida a casa"

-"No sé si es cómo la esperaba... -replicó Kayla ¿Qué es lo que no quieres que traspase esa verja tan enorme?"

-"Pronto lo sabrás."

Kayla, confiada, se dejó llevar al interior por el lobo. Por su paso, observaba todo con detenimiento, aunque no se separaba de él. Paredes arañadas, suelo desgastado, muebles para salir del paso, y el olor... Aquel olor a animal salvaje, a carne cruda incrustada en el mismo ambiente, ya lo conocía de antes pues era capaz de percibirlo levemente por Cassian, pero no a esa escala. La joven, arrugaba el morro con desagrado, con asco, y conforme iban bajando hasta el sótano, el asco se iba convirtiendo en pequeñas arcadas.

-"¿Qué es este sitio, Cassian? -dijo Kayla muy confundida tras verse en un sótano lleno de pequeñas celdas- No quiero estar aquí, vámonos."

Pero ya era demasiado tarde, Cassian había dado el paso, ya no podía retroceder en sus actos, aunque le doliera, en el fondo sabía que era lo que debía hacer. La agarró del brazo, con fuerza, ante la sorpresa de ésta, y la metió en una de las jaulas, cerrando tras ella la celda.

-"¡Cassian qué coño estás haciendo! ¡Sácame de aquí ahora mismo!" -gritaba histérica


-"Muy pronto entenderás todo"- contestaba un alfa muy sereno mientras retrocedía hasta una mesa con artilugios médicos. En ella, agarró una jeringuilla y se extrajo sangre ante la mirada aterrada de Kayla, después, abrió la jaula y entró. Agarró a la joven por la muñeca de una de sus manos, y acercó su brazo con firmeza hacia él, aunque la joven no se lo ponía nada fácil, pues gritaba e intentaba liberarse de sus garras- "¡No te muevas o te haré daño!"

-"¡YA ME ESTÁS HACIENDO DAÑO, JODER!"- gritó desesperada Kayla

Ante esto, Cassian le soltó el brazo, él no quería hacerle daño, la amaba demasiado, pero era el camino más seguro, y debía pasar ese dolor.

Kayla, por su parte, retrocedió los pasos que el tamaño de la celda le permitió, y siguió:

-"¡Cuéntame qué coño está pasando! ¡Qué es este lugar! ¡Qué pretendías hacer con esa puta aguja!- de golpe, la ira que sentía se convirtió en dolor, y éste hizo que se desplomara en el suelo, cubriéndolo de lágrimas que caían sin cesar- Yo confiaba en ti... "


-"Kayla, es la forma más segura de hacerlo, creeme, ojalá fuera más fácil."

-"¿La forma más segura para hacer el ¡qué!?"

Ante la insistencia de la joven, Cassian, bajo su atenta mirada cubierta por mil lágrimas de un profundo dolor indescriptible, se quitó la ropa, quedando completamente desnudo, y abriendo sus brazos a una luna reacién salida, pues para su favor, el tiempo había pasado rápido, y comezó su dolorosa transformación. Incrédula ante lo que estaba viendo, a la par que aterrada, se arrastró hasta el tope de la pared, e intentó ponerse en pie para ver si podía huir de alguna forma, pero entonces, miró a la bestia a los ojos, y no la vio a ella, sino al hombre que le había robado su corazón. Lloraba desconsolada. Le dolía demasiado. Cassian volvió a su forma humana, se vistió, y volvió a agarrar la aguja.

-"Hubiera ido contigo, Cassian, hasta el fin del mundo si me lo hubieras pedido. Pero no así. ¡Este no es el camino!"-le habló mientras seguía desconsolada

-"¿De veras lo hubieses hecho, Kayla?"- le preguntó el lobo mientras le volvía a coger la mano y buscaba la vena en el antebrazo, para después, inyectarle su sangre, bajo el dolor que ésto suponía

-"¿Por ti? ¡Ahh!- finalmente se libra de la aguja y queda el brazo libre- Lo hubiera hecho, sí. Pero bajo este modo... -se envalentona y le da una bofetada fuerte con el brazo no agredido- ¡Eso es lo que vas a tener de mí!"

Sin decir nada, Cassian salió de la celda y cerró la puerta con llave tras él.

-"Mañana volveré y repetiremos el mismo proceso que hoy. Así durante una semana, pues tampoco quiero alargar esto mucho más, lo de la sangre es... Por prevenir más bien, no quiero que hayan fallos contigo. No deben haberlos, después de tantos años has despertado algo en mi lobo que jamás había sentido, y eso significa una cosa: eres tú. En la celda tienes agua, comida, y una cama. Hasta mañana"

-"¡¿Y ya?! ¡¿Me dejas aquí de verdad?! ¡¡CASSIAN!!-le gritaba mientras él desaparecía - ¡TE ODIO!"

Y así transcurrió la semana, días tras día, el mismo procedimiento, con una Kayla cada vez más apagada por no ver la luz del sol, por no querer alimentarse, por el dolor que le causaban las infiltraciones, por el dolor que sentía su corazón... Hasta que, finalmente, llegó el momento, pues a un sólo día de la tan preciada luna llena, Cassian la mordió, y malherida, cayó al suelo, inconsciente. El lobo la compañó durante las siguientes horas, para evitar que nada pudiera salir mal, ¡no podía salir mal! ¡debía resistir hasta la primera luz del plenilunio! Y lo hizo, pues con la llegada de la tan esperada luz, una nueva loba nacía en la manada.


41 visualizaciones2 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page