Capítulo 17

Cassian finalmente se presentó ante ellos, pudiendo escuchar parte de la conversación que amo y vástago tuvieron, parte la cual incluía a Nazaret... Sin decir nada, se adentraron en los escombros del palacio para evitar así posibles miradas de la gente local y estuvieron callados durante un breve periodo...

Theodor y Cassian se miraban desafiantes, las ganas que se tienen el uno del otro eran más que evidentes, pero no era el momento, no era el lugar... Godfrey estaba callado, mirándo con un odio desmesurado al lobo, si las miradas pudiesen fulminar, Cassian ya habría ardido. Y tras ellos, bien escondidos, Rudy y Viggo. Ambos habían seguido a su alfa todo el trayecto manteniendo las distancias para que el lobo no se percatara de su presencia.

-"Si estás aquí es por lo mismo que nosotros,- expuso Theodor- habla."

-"Estoy aquí para que nada afecte a mi manada..."

-"¡ESTÁS AQUÍ PORQUE ERES UN PUTO ASESINO!"-le gritó Godfrey fuera de sí

-"¿Asesino yo?- se burlaba Cassian- ¿Y entonces vosotros qué sois?"

Theodor puso la mano encima del hombro de su vástago para calmarlo pero el rubio estaba demasiado nervioso para ni siquiera darse cuenta del gesto de su amo...

-"¿DÓNDE ESTÁ?"-le preguntaba, pero nada salía de la boca del lobo- ¡QUÉ DÓNDE ESTÁ MI HIJO!"

-"Tú no tienes ningún hijo... No busques lo que no te pertenece..."

Godfrey dio media vuelta sobre sí mismo mientras resoplaba intentando tomar el control de su propio cuerpo, no podía creer que aquel lobo, el asesino de su mujer, estuviese tan tranquilo y serio frente a él negándole a su propio hijo, pero de poco le sirvió ya que la ira tomaba el control de él...

-"ENTONCES TE PERTENECE A TI, ¿NO? ... ¿¡NO?! -Cassian seguía callado mientras observaba como el vampiro perdía el control- ¡QUÉ ME CONTESTES JODER!"

-"Estaba enferma..."-dijo el lobo muy sereno

-"¿¿¡¡QUÉ??!!"

-"Tu mujer estaba enferma... Jamás hubiera sobrevivido al parto, y por ende ese niño habría muerto..."

-"MI MUJER NO ESTABA ENFERMA..."

-"Los lobos olemos las enfermedades, tenemos ese sentido agudizado...- Cassian miraba fijamente a Godfrey, pero éste no se creía nada, negaba con la cabeza, miraba al lobo, miraba a su amo, volvía a negar...- Pregunta a tu creador si no me crees... -Cassian miró a Theodor- Díselo, dile que detectamos la muerte a kilómetros..."

Theodor miró a Godfrey afirmando dicha cualidad en la especie licántropa, pero éste seguía en su negativa constante... Los ojos poco a poco se iban encharcando aunque el vampiro tragaba saliva y evitaba derramar ninguna lágrima...

Miraba hacia arriba, las estrellas podían calmarlo, en ellas podía sentir a Mirah, su mujer; se dio la vuelta, dio varios pasos dejando atrás a Theodor y a Cassian, finalmente una pequeña lágrima cayó por el centro del ojo, ésta bajó rápidamente por el pómulo, pero Godfrey la cortó rápidamente con el puño de las mangas. Tomó aire, volvió a mirar las estrellas, y se dirigió hacia Cassian encarándolo dejando a su amo a un lado

-"Dime dónde está mi hijo..."-repitió el vampiro

Mientras, tras los muros de una de las paredes se encontraban Rudy y Viggo escuchando todo... Rudy miraba a su hermano con la cara descompuesta, sin saber qué decir; Viggo estaba encogido, mirando fijamente el mismo punto, con la vista dispersa, perdido, su respiración estaba acelerada, hacía pequeñas muecas con el labio superior mientras le chirriaban los dientes de lo fuerte que los estaba apretando... "Dónde está mi hijo" oía de fondo... Cerró los ojos y tomó aire llenando por completo sus pulmones, para finalmente espirar de forma exagerada... Miró a su hermano, Rudy también lo estaba mirando a él, y se levantó...

-"NO aguanto más..."-le dijo cabreado a Rudy

Mientras Cassian respondía a la pregunta de Godfrey "No está aquí", escucharon un pequeño ruido cercano, era Viggo que se acababa de levantar y contestar a su hermano. Godfrey miró a Cassian mientras rugía ligeramente enseñando sus colmillos y salió a ver qué ruido era.

Al girar el muro se encontró de frente a Viggo, que también estaba intentando salir de allí, ambos frenaron en seco mirándose, eran capaces de reconocerse sin haberse visto nunca...

A Godfrey se le volvieron a inundar los ojos mientras lo miraba, al final era cierto, tenía frente a él a su hijo..; en cambio la mirada de Viggo, era completamente diferente, desprendía odio, ira... Cerró los puños muy fuertes, detrás de Godfrey llegaron Cassian y Theodor, que también se quedaron mirando la escena... Cassian no esperaba ver a los chicos en aquel lugar, y Theodor miraba la estampa como quién ve caer la lluvia por primera vez, desconcertado...

Viggo miró a Cassian, seguidamente a Godfrey, y le dijo -"Tú no eres mi padre..."- y salió corriendo de aquel lugar perdiéndose en la nada...

Rudy salió tras de él mientras el alfa los veía a lo lejos, pero finalmente él también fue detrás, dejando a Theodor clavado allí, y a un Godfrey devastado, las lágrimas caían para perderse entre la mandíbula, cayó al suelo, de rodillas, llorando, no tenía fuerzas, no le salían las palabras... Miraba al suelo, podía vislumbrar cómo caían gotas a su alrededor... Theodor, sin saber qué decir, le puso su mano en el hombro, y, al sentirla, entre lágrimas, Godfrey pudo pronunciar -"Tiene los malditos ojos de su madre..."

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Esa misma noche, pero lejos de la escena que acabamos de vivir, se encontraba Miguel, había ido a buscar a Tecna ya que su amo se había ido. Anduvo cerca de su casa pero no sintió su presencia... ¿esto no lo había vivido antes? Como si se tratase de un dejavu, fue al mismo lugar dónde la encontró tirada la última vez, pero no estaba, y no podía sentirla... Desesperado, se recorrió medio pueblo en su busca, hasta que se adentró al bosque como última opción, y entonces, allí la vio, tirada en la nada...

Corrió hacia ella y la levantó, apenas respiraba, no podía notar su corazón, ni siquiera su presencia en aquel lugar, pero no estaba muerta. Intentó usar sus poderes para despertarla, al principio parecía inútil, pero poco a poco sus latidos se fueron acelerando y empezó a mover los ojos y extremidades.

Pero no estaban solos... Mientras Miguel hacía volver a Tecna llegó John, y desde la lejanía del bosque vio la escena, aunque su cabeza, lógicamente, pensó lo que no era...

Se echó las manos a la cabeza, envuelto en una ira irracional, y entre susurros le decía a la bestia "no me falles ahora"... Y ésta, siendo una con su portador, dio la cara desgarrando toda su ropa y saludando a la luna.

Miguel había devuelto a Tecna al plano terrenal, estaba demasiado concentrado usando toda su energía para notar lo que se le venía encima, y, de la nada, un enorme lobo lo agarró del cuello y lo estampó contra uno de los árboles, provocando que éste se rajara de arriba a abajo.

Tecna, desconcertada, miraba la escena sin saber bien qué estaba pasando, su cabeza aún daba vueltas, y a su cuerpo le estaba costando reaccionar... Pero poco a poco fue incorporándose y dándose cuenta de la situación.

Frente a ella, podía ver cómo aquel enorme lobo no cesaba de dar golpes a Miguel, de arañarlo con aquellas oscuras garras, de estrellarlo contra aquel árbol que cada vez estaba más roto y pareciera que en algún momento iba a ceder... Tecna podía sentir ese dolor...

Finalmente consiguió ponerse en pie y tomar pleno control sobre su cuerpo, se echaba las manos a la cabeza mientras observaba aquella sangrienta escena, apenas podía mirarla, le dolía profundamente ver a Miguel destrozado, "¡para por favor!"- le gritaba a la bestia, "¡detente!"... Pero John no frenó... La sangre corría por la ropa de Miguel y salpicaba el entorno, hasta que, en un último golpe, el lobo atravesó el cuerpo del vampiro... -"¡¡NOOO!!"- gritó Tecna desesperada al verlo...

Su enorme zarpa, aún atravesando al vampiro, estaba llena de sangre; sobre el filo de sus garras caía la sangre, como si de un grifo abierto se tratase; y Miguel, agonizando, abría la boca para intentar respirar, pero su cuerpo era incapaz, estaba asfixiado, la sangre se acumulaba dentro de su propia garganta ahogándolo...

John soltó a Miguel, y éste calló al suelo, como pudo... sus rodillas se clavaron en la húmeda hierba; la sangre caía sobre toda su ropa; los brazos, al aire, denotaban su final; su mirada perdida solo visualizaba un único punto...

-"¡PARA DE UNA PUTA VEZ!"- le gritó Tecna en un último toque de atención

La bestia frenó, y poco a poco los huesos fueron volviendo a su sitio, y tras esto, se vio su forma humana..

Tecna miraba a John, tenía sentimientos encontrados, una parte de ella se alegraba volver a verle, saber que estaba bien, pero la otra miraba a un Miguel prácticamente muerto, cubierto de sangre, en sus últimos momentos... Sin decir nada, John cogió el brazo de Tecna y la arrastró unos pasos...

-"No, no no... ¡Suéltame!"- le gritó ella

-"¿Qué te suelte? Te vienes conmigo... Esa babosa no va a volver a tocarte..."

-"¡No me estaba haciendo daño! Me ha salvado..."- o eso creía ella, aunque en cierto modo la volvió a la realidad

John se acercó a ella, cuerpo con cuerpo, seguía sujetando su brazo, pero ya no hacía presión... La miraba con cariño, pero se notaba la furia aún en la cara. Ella le devolvía la mirada, pero no podía evitar mirar de reojo a Miguel...

-"Por favor, Tecna, ven conmigo... Deja que sea yo quién cuide de ti..."

-"John, yo... Te quiero con el alma, incluso sabiendo lo que eres... Te amo... Pero no puedo dejarlo así, no puedo... ..."

John le acarició la cara, su ira se volvió frustración, pena, dolor...

-"Entonces nuestros caminos se separan aquí... -le decía el joven lobo- Ojalá supieras, ojalá sintieras el dolor que me llevo en el corazón... Te he amado sobre mi propia vida... Espero que te haga feliz..."

Ella lo miraba con dulzura, sentía cada una de esas palabras como puñales en el alma, pero debía dejarlo marchar, su destino no era irse con él...

John finalmente se marchó, dejándola allí plantada, acongojada, sin saber exactamente qué sentir... Miró a Miguel, seguía anclado en el suelo, se acercó a él, le tocó el hombro, no se movía, pero podía oír su agonizante respiración.

Se tiró al suelo y lo miró desde abajo, él rodó los ojos hacia su rostro, aunque veía borroso hizo el gran esfuerzo, y haciendo otro impulso sobre sí mismo, consiguió decirle con un hilo de voz:

-"Adiós pequeña..."

La sangre seguía rodando y regando el entorno, Tecna estaba nerviosa, no quería una despedida, no así, como pudo, logró sentarlo en el suelo y lo abrazó, lloraba sobre su hombro mientras él la abrazaba con sus últimas fuerzas...

-"No me dejes por favor te lo pido... No te vayas... Me quedo aquí contigo... No te vayas..."-le decía llorando

-"Eres lo mejor que me ha pasado nunca..."-se le entendió entre la sangre que derramaba por la boca cada vez que hacía el esfuerzo de pronunciar algo

-"Eres un vampiro...-seguía llorando- no regeneras... ¡¿porqué no regeneras?!"- pero ya no obtuvo respuesta, de hecho sentía como cada vez el abrazo que le estaba dando tenía menos fuerzas- No, no... ¡No!... "-le decía llorando

-"El alba..."- dijo Miguel con su último aliento, ya que efectivamente, sobre las copas de los árboles podía verse el cielo cambiar de color

-"Bebe de mí... Sánate por favor...- le dijo ella en un último arranque desesperado- Coge mi sangre..."

Tecna se abrió la chaqueta dejando libre su cuello, y Miguel se abalanzó sobre ella, bebió, y poco a poco las heridas más profundas empezaron a cicatrizar...

Cuando terminó, Tecna quedó inconsciente, había tomado quizás demasiada sangre... Miguel la miraba, le acariciaba las mejillas, veía cómo corría la sangre por su delicado cuello... Pero también veía cómo el sol se apoderaba poco a poco del bosque. Ya no podía hacer nada por él mismo, no había lugar alguno dónde esconderse con el alba tan intenso, y tampoco quería dejar a Tecna allí sola, era el final...

Consciente de ello, decidió pasar sus últimos momentos cuidando de aquella joven alocada que tanta vida le había dado su último año de vida, y es que él ya había vivido muchas vidas, mil años daban para mucho, el final le tenía que llegar en algún momento por mucho que la inmortalidad siempre hubiera estado ahí... Se sentó y apoyó la cabeza de Tecna sobre sus piernas, piernas que pronto serían ceniza...

El sol cada vez estaba más alto y eso implicaba que los rayos llegarían en cuestión de segundos al suelo, acariciándolo una última vez, pero no quería pensarlo, miraba a Tecna, de hecho, se negaba a apartar la mirada de ella... Le acariciaba el pelo, y empezó a cantarle uno de sus temas favoritos de su banda favorita...

"A mountain never seems to have the need to speak

A look that shares so many seek...

The sweetest feeling I got from you

The things I said to you were true...

I could never change

Just what I feel my face will never show

What is not real..."

(escúchala aquí)

Tecna empezó a despertar, poco a poco, el sol se colaba entre sus ojos, miró hacia arriba, y ahí estaba él, cantándole uno de sus temas favoritos, ella sonrió feliz, había sanado... Le acarició su cara desde su posición, y vio su mano brillar por la intensidad del sol...

Pestañeó un momento, y volvió a mirarlo, esta vez directamente a sus ojos, estaban más azules que nunca, de hecho, era capaz de ver que rodeando su pupila, había un sin fin de tonos: verde, marrón, amarillo... La luz del día era capaz de sacar sus tonos más auténticos, pero... ¿¡LA LUZ DEL DÍA!? Pegó un pequeño salto sobre sí misma al percatarse de la situación y Miguel le dijo sonriendo:

-"Gracias por este regalo..."

Ambos se levantaron, y agarrados, caminaron rumbo a casa disfrutando del primer amanecer de una nueva era...