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Capítulo 11

Foto del escritor: Ladynoell Ladynoell

El reencuentro puso a todos la piel de gallina, pero debían avanzar. Llegaron a la domus del General. Ava no se separaba de Lucius en ningún momento, se sentía extraña, pero a su lado, todo le parecía menos cuestionable. Junto a ellos, los soldados que la encontraron y daron previo aviso. Ellos sí parecían más familiarizados con la situación, aunque sus caras al ver el actual panorama dejaban mucho en qué pensar.

En la entrada, la doncella les abrió la puerta, aunque atónita a lo que estaba viendo. Ava sentía todas las miradas clavadas en ella, y seguía sin entender el porqué. Indecisa, miró a Lucius, el cuál le devolvió esa mirada complice, y le regaló media sonrisa para que se quedara tranquila. Todo estaba bien.

-"Verina, -dijo finalmente el General mirando a la doncella- lleva a la señora al cuarto, la aseas, y la vistes con su mejor vestido."

Aquella doncella, servía a la familia desde que era una niña, pues su madre también fue esclava. No dejaba de mirar a la forastera, aunque, su mirada no era de desconocimiento, la conocía, sabía perfectamente quién era. Su mirada infundía más bien pánico ante lo que estaba presenciando. Le costó asimilar la orden de su señor, pero finalmente, aceptó.

-"Sí mi señor,-le dijo- acompáñame domina."

Ava veía como aquella mujer le tendía la mano para que la acompañase, pero no, ella no estaba ahí para que la bañen, no, ella estaba ahí por aquel hombre. Se giró hacia él, y lo miró a los ojos casi sin pestañear.

-"No... No me dejes sola por favor..."

El General bajó su mirada hacia los ojos de Ava, podía verse en ellos ojos el brillo de la esperanza. -"Escúchame, -le dijo- no voy a volver a dejarte sola nunca más... Confía en mí. -Ava asintió- Ahora ve con Verina, es nuestra doncella, deja que te asee y te vista."


Ava aceptó y se retiró de allí con aquella mujer.

Lucius dio media vuelta, y observó la expresión de sus dos soldados, aún presentes. Extrañados, boquiabiertos, con mil preguntas y ni una sola respuesta... Les hizo un gesto con la mano para que hablasen. Marco arrancó:

-"General, no queremos romper la magia del momento, pero, desgraciadamente, tu mujer murió. Todos acudimos a su entierro. Esa mujer no puede ser Livia."

-"Marco lleva razón. -dijo Sextus- Tenemos un problema serio con el demonio, una amenaza sobre su propia hermana y el pueblo entero, y de repente, aparece ella. ¿Cómo es posible algo así? Algo no está bien, General."

-"Entiendo vuestras reticencias, y sé de sobra que sólo buscáis mi bien. Pero ella es Livia. Así que, a partir de ahora, la tratareis como siempre lo habéis hecho. Si los dioses han decidido devolvérmela, tendrá su propio cometido. Ahora seguid haciendo vuestra guardia, soldados."

Mientras, la esclava bañó a Ava. Le temblaban las manos con el roce de su piel, el desconocimiento le producía pavor. Pero nuestra chica le sonreía, no quería verla así. Sacó un hermoso vestido, color celeste, y se lo puso. Ava lucía radiante. Al poco, Lucius entró. Él también se había puesto su armadura. Al verla vestida con uno de los mejores vestidos que tenía su mujer, le dio un vuelco el corazón. Definitivamente era ella, no había duda.

-"Te ves preciosa, amor.-dijo el General admirando su bella piel sobre tal delicada seda- ¿Damos un paseo?"

-"Sí..."-dijo una tímida Ava que aún no se creía estar frente a él.

Cogidos por el brazo, caminaron hasta llegar a un bonito parque. Un estanque lleno de cisnes y patos coronaban tal magnífico lugar.

-"¿Recuerdas este lugar?-le preguntó Lucius mientras caminaban por él- Cuando lleguemos a esta ciudad, se convirtió en nuestro refugio. Pasábamos horas contemplando el estanque, tan bello paisaje. Pero no tanto como tú..."

-"Es precioso...-dijo Ava dubitativa- Pero, creo que me estás confundiendo con otra persona, Livia me llamáis. Pero ese no es mi nombre. Me llamo Ava, y..."

-"No continúes, por favor."-le cortó el General

-"Debo ser sincera. No busco engañar a nadie. Engañarte a ti..."

-"No estás engañando a nadie, Livia. A veces los dioses ponen dificultades en nuestros caminos, pero, por alguna razón, te han devuelto a mí... Ahora volvemos a estar juntos. Nada más importa.- paró de caminar, Ava con él, la miró fijamente a los ojos y acarició su rostro sonrojado por el tacto del hombre- Cuando miro tus ojos, de color indescriptible, pues sólo las mujeres más bellas poseen los tonos más bonitos, y esos no tienen nombre, te veo el alma, la mujer de la que me enamoré. Ahora dime, Livia, siento tu corazón acelerado. Tu mirada fija en mis ojos. Esa luz que desprenden me envuelven en ella, me dan calor. Pero necesito oír de tus labios tus propios sentimientos. ¿Qué sientes?"


-"Sólo te siento a ti."

La magia del momento, de las palabras, de aquel idílico lugar, los envolvió, y acabaron fusionados en un largo beso.


Beso que arrastraron hasta la domus, pues, ambos se tenían ganas. Ava llevaba soñando con este momento desde la primera vez que lo vio. Sentir sus fuertes brazos sobre su piel. Ver que había debajo de tal elaborada armadura. Sus sueños, al fin, iban a hacerse realidad.

Aquel beso, cada segundo que sus pieles se rozaban, se volvía más y más intenso. El ambiente estaba caliente, y no precisamente por el fuego de las antorchas de la habitación.

Lucius tomó con fuerza a Ava por sus muslos, levantándola en peso, y apretándola contra él. Ella podía sentir el deseo de su cuerpo a través de ese contacto. La tumbó en la cama y le quitó el vestido, dejándola completamente desnuda ante él. Lucius hizo lo mismo. Cogió su fina mano, y la besó, mientras que con la otra recorría el cuerpo de la joven, erizando cada poro de su piel. Poco a poco, esas caricias fueron cogiendo intensidad, y lo que antes era un leve cosquilleo producido por las yemas de sus dedos, se convirtieron en afiladas garras que dejaban marcas en la piel.

Ava estaba siendo dominada. Lucius agarró sus piernas, y las abrió, la delicadeza había quedado atrás. Ambos eran conscientes de ello. Subió sobre ella, decidido, sin preguntar si podía, aunque las señales en ningún momento le decían lo contrario. Sus fuertes puños cerrados hacían tope en la cama, y la fuerza que ejercían hacían marcar todos, y cada uno de los músculos de sus robustos brazos.

Sus movimientos contra Ava eran firmes, fuertes y constantes. Estaba claro que dominar se le daba especialmente bien, y Ava lo estaba disfrutando. Los fuertes jadeos y gritos que daba, recorrian cada tramo de aquella habitación. Eran incontrolables. Lucius no apartaba la mirada de Ava, y a ella le costaba mantener los ojos abiertos del placer que sentía.

Llegando al clímax de la situación, había llegado el momento de cambiar de roles, Ava también quería dominar. Esto, en aquella época no era lo normal, pues la mujer de bien siempre debía estar sometida al hombre. Únicamente se cedía el poder a la mujer, cuando ésta era socialmente superior al del hombre. Ava se libró de los brazos del General, y finalmente subió sobre él.

-"¿!Livia?!"-exclamó Lucius al ver el cambio mencionado anteriormente

Pero Ava ignoró la exaltación del General, y con sus movimientos frenéticos, lo acabó arrastrando a la pasión nuevamente. Finalmente, ambos llegaron al clímax.

Tumbados en la cama, y con el corazón aún a mil, Lucius miró a Ava. No, definitivamente aquella no era su mujer, Livia jamás habría hecho algo así. Suspiró, cerró los ojos, y se apartó unos centímetros del lado de Ava. Ésta se dio cuenta.

-"¿Qué ocurre? ¿No te ha gustado?"-preguntaba la morena inocentemente

-"No es eso... Antes, me dijiste que no eras Livia. Ahora me doy cuenta de ello.- Ava quedó algo descolocada, ¿Qué había podido hacer mal?- Pero no te sientas incómoda o mal, Ava,-la llamó por primera vez por su nombre- al final es algo que en el fondo de mi corazón sabía. Ya me lo habías dicho también. Los muertos no vuelven a la vida, y mi mujer murió hace semanas."

-"Yo... No sé que he podido hacer mal, de verdad. Igual no soy la Livia de esta época. Tan sólo la Ava de la mía. Pero, en cualquier caso, si el alma es la misma, los sentimientos también lo serán. Quedémonos con eso."

Lucius la miró, no era su mujer, pero sin embargo, seguía siendo ella. Tan intelegiente como siempre, tan frágil y a la vez tan poderosa. Sonrió.

-"Gracias, una vez más, por darme una lección de vida, Ava."

Ava subió sobre él, -"¿Me vas a decir qué he hecho mal antes?"

-"Nada... Sólo hacerme el hombre más feliz de esta época, y de la tuya..."

Y la pasión volvió a ellos, dejando a la noche caer un día más...



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3 Comments


Betts Sims
Betts Sims
Sep 18, 2023

Asi me gusta, Ava! Que tomes las riendas de la situacion, como debe ser.


Sigo sin entender que les une, pero es que me tiene super intrigada...Una reencarnacion? Ay mira, me voy a seguir leyendo porque me tienes enganchada hasta la medula.

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Verónica Mendez
Verónica Mendez
May 12, 2023

Aaaaaaaah!!!! Pero q bonitos soooooon por dios Noeeeeee!!!!!


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Yrandsims
Yrandsims
May 07, 2023

Di que sí Ava hombre 🤭🤭ay q mandar un poco 😏😏😏el pobre quedó flipao con las mujeres al poder 🤣🤣🤣

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Sobre mí

Amante de los sims desde sus inicios.

Cuento historias a través de ellos.

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