Ep.3 Ira

Tras todo lo acontecido en la fatídica fiesta de los vampiros, un furioso y endemoniado Theodor, cruzó el portal que lo llevaría dos mil años atrás…

Mientras, en el pasado, Lucius estaba en su domus, disfrutando de su familia una última vez, pues algo en su interior le decía que aquella era su última noche, que todo terminaría ahí…

En el patio, Ava feliz junto a Lucius, hablando y riendo con Alypia, y al fondo Tito, con semblante serio y sin quitar el ojo ni a su mujer ni al General… Por su parte, Lucius, ya ni lo miraba… ¿para qué? Todo estaba a punto de acabar y ya se había asegurado de que su hermana estuviese bien lejos de ese hombre… Su única intención era disfrutar de ellas el tiempo que le quedara…

Tiempo que al fin llegó, pues entre las columnas que rodeaban el patio de la casa vió la sombra de una mujer, Artemisia. Lucius se levantó sin decir nada y fue hacia ella, dejando a su familia a un lado.

-“Es la hora…”- le dijo la bruja seria una vez lo tenía delante

-“Cuida de ellas- le dijo mientras le entregaba la carta que escribió esa misma mañana- dásela a Ava, necesito que la lea cuando esté lejos de aquí…”

La bruja asintió con la cabeza mientras cogía la carta.

Sin pensarlo, Artemisia entró a por las chicas pronunciando un hechizo que tumbó en el suelo a Tito ipsofacto, dejándolo en un profundo sueño. Mientras, Ava y Alypia, confusas y atemorizadas, gritaban el nombre de Lucius pidiendo ayuda, mientras éste sólo podía mirarlas desde la distancia, y con lágrimas cayendo de sus ojos, se dio media vuelta y salió por la puerta… Artemisia, sin miramientos, elaboró un enorme portal de sus manos y desaparecieron todos de allí…

Lucius dió varias vueltas sin sentido por la ciudad, cavizbajo, no sabía exactamente dónde debía ir ni lo que se iba a encontrar, hasta que en uno de los tramos se topó con Marco, a las afueras de la urbe…

-“General… ¿va todo bien? Hoy no te toca guardia…”

-“Si… Todo perfecto Marco… Vete a casa, ya ocupo yo tu puesto en la guardia…”

-“Pero General…”-dijo un Marco inquieto y sorprendido…

-“Es una orden…”

Ante la última palabra de Lucius, Marco se dio media vuelta dirección al pueblo…

-“¡Marco…!” -exclamó el General para llamar su atención una última vez, éste se giró,- vas a ser un gran General… Ahora vete…”

Y así hizo, aunque incrédulo y desconcertado, Marco se marchó terminando así su guardia y el General ocupó su puesto… No sabía si ese era el lugar correcto o no… Pero algo le decía que no se moviera de allí…

Nervioso y con miedo ante lo que le esperaba, se sentó. Apoyó su cabeza sobre una gran piedra que tenía tras de sí, y miró las estrellas, la melancolía de no poder volver a verlas le inundó el alma, aunque mientras las observaba lo que realmente le rompía el corazón era no volver a ver a su familia, no poder conocer a su hijo... No tardó mucho tiempo desde su descanso, cuando una bandada de murciélagos llenó el cielo nublándolo, y el lugar dónde él se encontraba comenzó a oscurecerse mientras esos bichos empezaron a revolotear sobre él, y de la misma penumbra que los mamíferos provocaban, apareció un Theodor cubierto de sangre… Sangre que arrastraba de la fiesta aún… Lucius se levantó.

Furioso y muy serio, el vampiro se presentó frente al General, el cuál, lejos de asombrarse, asintió con la cabeza torciendo ligeramente el morro, pues en el fondo sabía que era el demonio quién acabaría terminando con su vida…

-“¿No te sorprende verme, General?”-dijo Theodor con ironía

-“No, de hecho te estaba esperando.”-señaló Lucius desafiante

-“Pues bien, nos dejamos de tonterías entonces… Dámela… Es mía…”

Lucius, se puso frente a Theodor, desafiando al vampiro con su actitud seria y sus movimientos lentos:

-“Dime… ¿Qué se siente al saber que tu propio padre dio su vida para que su monstruoso hijo no tuviera nunca semejante poder? ¿Crees que te la robé? No… Me la entregaron… Tu padre y la bruja…”

-“¿Artemisia?-le cortó Theodor…

-“La misma…-siguió el General- ¿Cuánto te querría tu propio padre que fue capaz de dar su vida a cambio de alejar esa gema de ti… Su único hijo…”

El tono de recochineo y vacileo de Lucius era bastante notorio, pues, sabiendo que le había llegado la hora… ¿qué podía perder?

-“¿Porqué a ti?”-preguntó muy serio Theodor

-“¿Porqué crees que debes hacerme a mi esa pregunta? ¿Acaso no es la bruja quién debe dar contestación a tu pregunta? Humm... No obstante, ignoro el porqué fui yo, sólo sé que ella, Artemisia, huía de tal poder, lo quería lejos de ella...”

-“¿Te lo estás pasando bien recochineándote frente a mí, puto soldado de mierda?”-dijo Theodor subiendo el tono y acercándose al General- “Dámela y seré compasivo contigo…”

-“¡¿Crees que dí la vida de mi mujer para ahora entregártela? Te creía más inteligente…”

Theodor agachó la cabeza y se frotó la cara con las manos, empezaba a ponerse nervioso y tenía una enorme carga de ira acumulada por todo lo acontecido durante el eclipse… Levantó la cabeza mientras le salía una extraña risa floja y dijo:

-“¿No me la piensas entregar por las buenas, verdad?”-seguía riendo haciendo pequeñas muecas con la boca…-“Bien…”

En ese momento le arreó un buen golpe a Lucius con el puño, no usó su fuerza sobrenatural contra él, de hecho, necesitaba medirse cuerpo a cuerpo para sentir esa superioridad, para dejarle claro al soldado quién mandaba. El General por su parte, aún sabiendo que Theodor acabaría con su vida, no quiso rendirse tan pronto, y ambos entraron en una espiral de golpes, mano a mano, cuerpo a cuerpo…

Pero, tas varios golpes mediante la fuerza bruta, Theodor nunca acabaría con Lucius, así que, tras recibir el último golpe que casi le tira al suelo, se abalanzó sobre el General usando toda su fuerza sobrehumana, y sobre él, empezó a golpearle el rostro, la sangre salpicaba por sus manos y podía hasta saborear pequeñas gotas que caían cerca de sus labios, estaba en puro éxtasis, hasta que, finalmente, viendo la resistencia física que su rival tenía, le cogió la cara con ambas manos y apretó. Lucius intentó salir de esa llave con las pocas fuerzas que le quedaban, pero fue en vano, solo consiguió desgastarse más rápidamente. Finalmente, con un Lucius bajo su dominio, Theodor, posicionó sus pulgares sobre las cuentas de los ojos de su rival, y los clavó con fuerza.

Por las cuencas de Lucius comenzó a salir sangre, teñiendo el suelo a su aldededor, y éste quedó inconsciente mientras un loco Theodor reía y se regocijaba sobre él… Había ganado la batalla y eso le hacía feliz.

Pero, su mente perturbada no quedó satisfecha con lo que acababa de hacer, y con mil pensamientos maníacos en la mente, Theodor se levantó, cogió por la pierna izquierda al General, y lo arrastró durante varios metros, hasta que llegó a las puertas de una de las plazas del pueblo.

Allí, sobre los pilares de la misma entrada, dejó al soldado tirado, pero claro, no era suficiente, su cuerpo le pedía más. Miró a su alrededor y cogió dos ramas de uno de los árboles de la zona, y con sus afiladas uñas, los limó. Levantó el cuerpo del General y lo estampó sobre uno de los pilares. Le abrió un brazo, y clavó una de las duras ramas sobre su muñeca. Le costó, pues el cemento era sólido, pero tras varios golpes lo logró. Seguidamente hizo lo propio con el otro brazo.

-“Qué irónica es la vida, ¿verdad? Tú queriendo crucificar a Sextus y el que acaba crucificado eres tú…-se ríe frente a él y recupera en aliento…-Pues que sepas, que tu soldadito ahora es mío…”-dice susurrándo al oído a un Lucius que perdía su último aliento en esos instantes.

Satisfecho y orgulloso, se giró, dando la espalda al cadáver, y poniendo rumbo a un nuevo destino.

Poses by Simmerianne93